Noam Chomsky, Hegemonía o supervivencia


HEGEMONIA O SUPERVIVENCIA

La estrategia imperialista de Estados Unidos


Primera parte

A finales de junio, la conferencia de la ONU sobre el desarme concluye la segunda de sus sesiones correspondientes al año 2001. Las perspectivas para conseguir cualquier resultado prometedor en este esfuerzo por el desarme son escasas. Las discusiones han sido bloqueadas por la insistencia de los EE.UU. en desarrollar programas de defensa de misiles balísticos (BMD), a pesar de una oposición casi unánime.

Con respecto al BMD, hay un cierto grado de acuerdo entre diferentes posturas. Los adversarios potenciales lo califican como un arma ofensiva. La SDI de Reagan ("la guerra de las galaxias") se entendió del mismo modo. El representante oficial chino de control de armamentos reflejó simplemente el sentir mayoritario cuando observó que " Una vez que los Estados Unidos crean que tienen una lanza poderosa y un blindaje fuerte, podría conducirles a pensar que nadie puede dañar a los Estados Unidos y que ellos pueden golpear a cualquiera que les dé la gana en cualquier lugar del mundo. Podría haber más bombardeos como el que tuvo lugar en Kosovo " -- ésta es la reacción de la mayoría del mundo hacia lo que se puede percibir como una involución a la "guerra de barcos" de hace un siglo, de las "potencias coloniales occidentales, con su abrumadora ventaja tecnológica, para someter a las poblaciones autóctonas y a países desamparados que carecían de la capacidad suficiente para defenderse" haciendo lo que querían mientras iban "disfrazados con una rectitud moralizante" (dice el analista militar israelí Amos Gilboa). La reacción a la guerra del Golfo de EE.UU.-Reino Unido era más de lo mismo en la tradición de "poblaciones autóctonas y países desamparados." Afortunadamente para su propia imagen, la ideología occidental está bien protegida frente a los que discrepan del pensamiento 'correcto'.

China ha comprendido también que no es inmune. Sabe que los EE.UU. y la OTAN mantienen la idea del derecho al primer uso de armas nucleares, y sabe tanto como los analistas militares de los EE.UU. que "los vuelos de los aviones EP-3 de EE.UU. cerca de China... no son sólo para la vigilancia pasiva; el avión también recoge otra información que puede ser empleada para desarrollar planes de guerra nuclear" (Guillermo Arkin, en el Boletín de científicos atómicos, de Mayo/Junio 2001).
Los planificadores militares canadienses informaron a su gobierno de que probablemente la meta del BMD sea "más para preservar la libertad de acción de la OTAN/EE.UU. que porque los EE.UU. teman realmente la amenaza de Corea de Norte o de Irán". Los más destacados analistas estratégicos coinciden en que el BMD "hará que el empleo de la potencia militar de los EE.UU. cara al exterior sea más eficaz, escribe Andrew Bacevich (Interés nacional, verano de 2001): " Protegida la patria frente a la represalia - no obstante de una manera limitada - el programa de defensa anti-misil remarcará la capacidad y la disposición de los Estados Unidos de dar `forma' al campo de juego". Y cita a Lorenzo Kaplan: "La defensa anti-misil realmente no es para proteger a América. Es una herramienta para la dominación global,..", para "...la hegemonía."
Que este objetivo sea adoptado por toda la gente bien-pensante se fundamenta en los principios en que se basa "la opinión respetable" que "marca los parámetros dentro de los cuales tiene lugar el debate político". El espectro es muy amplio; excluye solamente a " los supervivientes aislacionistas de base de línea dura" y "esos pocos acosados radicales todavía estancados en los días de gloria de los años 60", y es "tan digno de crédito que es virtualmente inmune al desafío " (Bacevich). El primer principio es tan directo como: "América como vanguardia histórica". Según este principio autoritario, "la historia tiene una dirección y un destino perceptible. Únicamente entre todas las naciones del mundo, los Estados Unidos comprenden y manifiestan el propósito de la historia", a saber, "la libertad, alcanzada a través de la extensión del capitalismo democrático, e incorporada al estilo de vida americano". Por consiguiente, la hegemonía de los EE.UU. es la realización del propósito de la historia; el truismo más simple, " virtualmente inmune al desafío".
Este principio no es de ninguna manera nuevo, ni son los EE.UU. los únicos en la historia en colmarse de alabanzas de sus pensadores patrios.
En contraste, la meta ofrecida a la gente -protección contra " estados díscolos"- no se toma muy seriamente. A menos que estuviera determinado a cometer un suicidio colectivo inmediato, ningún estado lanzaría misiles hacia los EE.UU. Y hay medios mucho más sencillos y seguros para infligir enormes daños en su territorio. "Cualquier persona que dude de que terroristas pudiesen pasar de contrabando una cabeza nuclear en la ciudad de Nueva York debería tener en cuenta que siempre podrían envolverla en un alijo de marihuana", un analista prominente comenta irónicamente. Otro precisa que "una bomba nuclear que borrase a Manhattan del mapa y matase a 100.000 personas es una bola de plutonio que pesa cerca de 15 libras. Es poco más grande que una pelota de béisbol. Una bomba así se podría llevar a los Estados Unidos en una maleta. Y si uno pudiese, muchos podrían."
Las armas nucleares no son, por supuesto, las únicas armas de destrucción masiva (WMD): las armas químicas y biológicas son con más razón una amenaza mayor para los ricos y poderosos. El tratado de 1997 que prohíbe las armas químicas languidece poco a poco, en gran medida porque los EE.UU. no han financiado las inspecciones y otras iniciativas, mientras que Washington "se ha mofado" del tratado eximiéndose a sí misma de facto, según comenta un importante analista del centro Henry Stimson.
Las prohibiciones a las armas biológicas han sido desestimadas por la insistencia de los EE.UU. a limitar inspecciones "para proteger a compañías farmacéuticas y biotecnológicas americanas." La administración de Bush se propone ahora rechazar un proyecto, resultado de seis años de negociaciones sobre métodos para verificar la conformidad con el tratado de 1972 que prohíbe las armas biológicas (New York Times, 27 de abril, 20 de mayo de 2001).
Apartando esto a un lado, hoy se tiene por cierto que la amenaza más seria para la seguridad de los EE.UU. (y del mundo) es el enorme sistema soviético de armas nucleares, con sus controles de seguridad y sistemas de mando y control seriamente deteriorados después de que la economía se haya derrumbado bajo las reformas neoliberales. Los negociadores de Clinton animaron a Rusia a que adoptara la estrategia de "lanzar-en-alerta" de Washington para aliviar las preocupaciones rusas por el sistema BMD y la anulación del tratado ABM, una oferta que es " bastante extraña", comentó un experto, porque "sabemos que su sistema de alerta esta lleno de agujeros".

Hace poco un lanzamiento accidental estuvo peligrosamente cerca de ocurrir. Clinton tenía un pequeño programa de asistencia a Rusia para asegurar y desmontar las armas nucleares, y proporcionar empleos alternativos a los científicos nucleares. Una comisión bipartita del departamento de energía abogó para el aumento en la financiación de tales programas. El copresidente Howard Baker, anteriormente líder de la mayoría republicana del Senado, testificó ante el comité de relaciones exteriores del senado en abril que "me preocupa realmente que podría haber unas 40.000 armas nucleares... en la anterior unión Soviética, mal controladas y almacenadas, y que el mundo no está en un estado cercano a la histeria sobre este peligro". Uno de los primeros actos de la administración de Bush fue el de reducir estos programas, aumentando los riesgos de lanzamiento accidental y de la salida de 'bombas menores" hacia otros países, incluyendo los estados preferidos, "los díscolos de Washington", seguidas a continuación por científicos nucleares sin otro modo de usar sus conocimientos. Las ofertas rusas para reducir los misiles de forma drástica, a números por debajo de las ofertas de Bush, han sido rechazadas.
Un argumento común es que el BMD no funcionará. Una posibilidad mucho más peligrosa es que puede parecer factible; las apariencias se interpretan como realidades cuando se trata de pura supervivencia.
Los servicios de inteligencia de los EE.UU. predicen que cualquier despliegue impulsará a China a desarrollar nuevos misiles con cabezas nucleares, ampliando su arsenal nuclear diez veces, probablemente con cabezas nucleares múltiples (MIRV), "incitando a la India y a Paquistán a responder con sus propias acumulaciones", con un efecto en cadena probable hacia el Oriente Medio. Estos mismos análisis, y otros, concluyen que la única "respuesta racional de Rusia sería mantener, y consolidar, la fuerza nuclear rusa existente".
En la conferencia de la ONU sobre el tratado de No-proliferación en mayo de 2000 hubo una amplia condena al BMD, con argumentos de que minaría décadas de acuerdos de control de armamentos y provocaría una nueva escalada de armamento. Ambos partidos políticos insisten en ello, aunque con diferente énfasis.
El general Lee Butler, anterior mando del comando estratégico de los EE.UU. (1992-94), lo califica como "peligroso hasta el extremo de que en la caldera de animosidades que llamamos el Oriente Medio, una nación [Israel] se ha armado, ostensiblemente, con reservas de armas nucleares, quizás en número de cientos, y que inspira a otras naciones a que hagan otro tanto. En octubre de 1998 un Memorándum de acuerdos" entre EE.UU. e Israel, aumentando sus lazos militares y estratégicos, se interpretó mayoritariamente como que EE.UU. consideraba el arsenal nuclear israelí "no solamente como un factor positivo en el equilibrio de poder regional, sino también en el hecho de que debía ser apoyado y desarrollado" (Fundación para la Paz en Medio Oriente. Informe especial, invierno de 1999). A partir de 1998, la política oficiosa de los EE.UU. ha sido la de aumentar la ayuda militar a Israel en 60 millones de dólares al año. En enero 2001, la administración saliente de Clinton anunció que la política va a continuarse hasta el 2008, momento en el que la cantidad anual anterior de 1,8 mil millones habrá aumentado a 2,4 mil millones de dólares. Clinton también recomendó que Israel esté entre los primeros receptores de los aviones F-22 ahora en desarrollo. En junio la fuerza aérea israelí anunció la compra de 50 aviones F-16 con un coste de 2 mil millones de dólares, siendo financiada en gran parte a través de la ayuda militar de los EE.UU., poco después de que los F-16s fueran utilizados para bombardear blancos civiles palestinos. Los EE.UU. e Israel realizan en común ejercicios militares secretos de forma regular, pues Israel se está convirtiendo en una base militar fuera de los EE.UU. (sobre estos programas, véase Guillermo Arkin, Washington Post, 7 de mayo de 2001).
Según la prensa israelí, uno de estos ejercicios comunes, en septiembre de 2000, fue ejecutando planes para la reconquista israelí de los enclaves transferidos a la administración Palestina; Los infantes de marina de los EE.UU. proporcionaron el entrenamiento en armamento del que Israel carece y "técnicas americanas de lucha". Lo que ya es " extremadamente peligroso" se convertirá en aún más, pues el ímpetu renovado de los EE.UU. por la proliferación del WMD tendrá sus efectos previsibles, aumentando de nuevo la amenaza a la seguridad de todos, incluso a la supervivencia.
Los planes reales pueden parecer irracionales, pero eso es así sólo si uno valora la supervivencia por encima de la hegemonía. La historia de la carrera de armamentos revela un cálculo bastante diferente. Hace 50 años, la única amenaza para la seguridad de los EE.UU., entonces solamente potencial, eran los ICBMs (misiles balísticos de alcance intercontinental).
Es probable que la URSS hubiera aceptado un tratado que terminase con el desarrollo de estas armas, sabiendo que iba muy por detrás.
En su historia de la carrera de armamentos, McGeorge Bundy señaló que él no pudo encontrar ningún expediente de interés que persiguiese esta posibilidad. Los archivos rusos recientemente abiertos refuerzan la versión de las afirmaciones de los analistas de alto nivel de los EE.UU. de que después de la muerte de Stalin, Khrushchev pidió la reducción mutua de fuerzas militares ofensivas, y cuando estas iniciativas fueron ignoradas por Washington, fueron ejecutadas unilateralmente bajo la objeción de su propio comando militar. Los archivos de los EE.UU. revelan que la administración de Eisenhower tenía poco interés en el desarme negociado y otras iniciativas para relajar algunas tensiones internacionales.

Los planificadores de Kennedy compartieron sin duda alguna la visión de Eisenhower de que "una guerra importante destruiría el hemisferio norte", que también sabían de los pasos dados unilateralmente por Khrushchev para reducir fuerzas ofensivas soviéticas de forma ostensible, y también sabían que los EE.UU. estaban lejos de dar cualquier paso significativo. Sin embargo, eligieron rechazar la propuesta de Khrushchev de reciprocidad, prefiriendo una acumulación masiva de las fuerzas convencionales y nucleares, golpeando así sobre el último clavo del ataúd de la "política de Khrushchev de refrenar a los militares soviéticos" (Matthew Evangelista, Proyecto de la historia internacional de la guerra fría, diciembre de 1997).
Sin continuar expresamente, los hechos demuestran que hay poca novedad en las propias preferencias de Clinton o de Bush. Hegemonía o supervivencia
Segunda Parte

Los observadores europeos encuentran una “paradoja” el hecho que "un país que quiere gastarse más de un billón de dólares en un proyecto no demostrado para hacer estallar ojivas nucleares cuando entren en la atmósfera no elegiría de pagar menos de la milésima parte de este monto para ayudar a evitar que el plutonio caiga en las manos de algún “estado pícaro”, mientras saben muy bien que es mucho más probable que alguna “bomba pícara” llegue en una maleta o con un camión o un bote, y no que [llegue] en un misil lanzado de manera evidente y que tiene bien grabada la dirección del remitente” (Julián Borger, Guardian Weekly, 24 de Mayo). Aparentemente, las demás opciones actuales que aumentan el riesgo para la supervivencia parecen igualmente paradójicas. La paradoja se resuelve jerarquizando oportunamente los valores de la hegemonía y la supervivencia e incluyendo otras ventajas de los programas militares sobre las cuales volveremos a hablar.

Como subrayó Vijay Prashad en su reciente comentario acerca del PMB y del SDI (18 de Junio) la cuestión principal no es el PMB sino el control del espacio, es decir un programa bipartido. Estos hechos cruciales alcanzaron la conciencia del público en general cuando el Secretario de la Defensa Donald Rumsfeld anunció una revisión de los programas espaciales del Pentágono que “aumentaría sensiblemente la importancia del espacio externo en la planificación estratégica”. Los nuevos planes requieren el “desarrollo de sistemas de armas para el espacio externo”, una “proyección de potencia” desde el espacio, es decir “meter en el espacio armas de ataque” (NYT, 8 de Mayo; Christian Science Monitor, 3 de Mayo). Estos planes fueron delineados en el informe de la segunda comisión de expertos Rumsfeld publicado en Enero (la primera, en Octubre de 1998, alertaba sobre amenazas de ataques con misiles, influenciando aparentemente la decisión de Clinton de acelerar los programas PMB). El informe de la segunda comisión concluye que la guerra espacial es una “certeza virtual” y pide el desarrollo de armas anti-satélites (ASAT) (en violación del tratado ABM de 1972) así como el posicionamiento de armas en el espacio (violando el Tratado sobre el Espacio Externo de 1967).

Examinando estos planes en la revista Foreign Affairs (Mayo de 2001), Michael Krepon, ex presidente del Centro Henry Stimson, advierte que contienen una contradicción interna: es mucho más fácil desarrollar los ASAT que el PMB y unos ASAT del adversario anularían cualquier programa PMB neutralizando los satélites de los que éste depende.
Sólo se puede resolver esta contradicción con un “dominio absoluto del espacio así como sugerido por el informe Rumsfeld”, con armas de ataque y una espiral de carrera armamentista en el espacio cuando los demás, inevitablemente, tomen contramedidas. En cambio él recomienda reforzar los tratados existentes que, como subraya, han sido observados. Todo esto tendría un sentido si la finalidad fuera la supervivencia y no la hegemonía.

El Comando Espacial estadounidense sostiene que “en el futuro, el hecho de ser capaces de atacar blancos terrestres desde el espacio podría ser decisivo para la defensa nacional. Por consiguiente El Comando Espacial estadounidense está identificando activamente roles, misiones y cargas explosivas potenciales para este probable nuevo campo de batalla”. El fundamento fue explicado en su folleto “Visión para el 2020”. La primera finalidad es anunciada de manera destacada en la cobertura de frente: “Dominando la dimensión espacial de las operaciones militares para proteger los intereses y las inversiones estadounidenses”. Esta es la próxima fase de la tarea histórica de las fuerzas armadas. “Durante la expansión de los Estados Unidos continentales hacia el Oeste, los puestos militares avanzados y la caballería adquirieron importancia protegiendo nuestras caravanas, nuestros poblados y nuestro ferrocarril” – actuando sólo en plan de autodefensa, debemos entender, tal vez persiguiendo los esfuerzos bien intencionados, aunque fracasados, de “dirigir, guiar y ayudar a los nativos americanos [entre otros] hacia el lado justo de la historia (Bacevich), la misión histórica de América respecto al mundo. Además “las naciones construían buques para proteger y aumentar sus intereses comerciales”. El próximo paso lógico son fuerzas espaciales para proteger “los Intereses Nacionales de Estados Unidos [militares y comerciales] y las Inversiones. El papel de Estados Unidos en el espacio debería ser comparable al de los “buques que protegían el comercio marítimo”, aunque con una sola potencia hegemónica, mucho más abrumadora que la Armada Británica en los siglos pasados.

Por supuesto el Comando Espacial es conciente del dilema de Krepon y proyecta de superarlo con un “dominio de pleno espectro”: un dominio militar aplastante en tierra, mar y aire así como en el espacio, de manera tal que Estados Unidos será “preeminente en cada forma de conflicto”, en la paz y en la guerra. La necesidad de tamaño dominio se presentará como resultado del aumento de la “globalización de la economía”, lo que supone llevará a un “aumento de la división entre los que ‘tienen’ y los que ‘no tienen’, evaluación compartida por los servicios de inteligencia estadounidenses en sus proyecciones para el año 2015 (lo opuesto a lo que forma la base de las teorías económicas, pero acorde con la realidad). Entre los que no tienen, el aumento de la división puede llevar a una inquietud que Estados Unidos debe estar preparado a controlar “usando sistemas espaciales y planeando ataques de precisión desde el espacio” para “contrarrestar la proliferación mundial de las ADM” por parte de elementos revoltosos – una consecuencia previsible de los programas recomendados, tal como el “aumento de la división” es una consecuencia anticipada de la forma preferida de “globalización”.

El Comando Espacial podría haber extendido la analogía a los “buques protegiendo el comercio marítimo” y a los militares “defendiendo” los intereses en expansión. La armada y los militares en general jugaron un papel preeminente en el desarrollo tecnológico e industrial de la edad moderna. Lo mismo hicieron con la consolidación empresarial: el célebre pacifista Andrew Carnegie dependió mucho de los contratos de la armada cuando fundó la primera empresa de un billón de dólares, la US Steel. La militarización del espacio brinda oportunidades parecidas en la era actual. “En términos de potencial tecnológico internacional”, escribe el historiador de la economía Clive Trebilcock , la habilidad de construir el mayor número de piezas de artillería al rededor del año 1910 era en grandes líneas parecida a la habilidad de fabricar vehículos espaciales alrededor del año 1980”. Uno de los problemas de ingeniería más complejos de esa época, que impulsó a grandes avances en metalurgia, electrónica, utensilios mecánicos y procesos de producción, fue la tarea de construir máquinas enormes para disparar balas de una plataforma en movimiento a un blanco en movimiento. Los fusiles de tiro rápido y la producción avanzada de fusiles también representaron para la ingeniería y la producción tareas desafiantes que pudieron ser emprendidas por la industria “civil” gracias a los contratos del gobierno, los cuales “jugaron un papel vital en remover las barreras de riesgo para la producción masiva”; y también [lo representaron] para la investigación y el desarrollo (I&D). Los resultados fueron transferidos directamente a la industria automotora y a otras industrias mayores modernas. Respecto a etapas antecedentes, estas tendencias de hace un siglo representaron un gran paso en adelante, y el “Sistema de Producción Americano”, que se basaba en 40 años de inversiones e I&D en el Departamento de Artillería de Estados Unidos de la Armería de Springfield y en otros lugares, asombró al mundo poniendo los fundamentos para “una revolución mundial en la producción masiva”. Anteriormente, los avances en la fundición de cañones habían puesto los fundamentos de la producción de hierro y del uso de las máquinas de vapor, “y fueron instrumentales al crecimiento de la industria de larga escala, efectivamente creando el sistema industrial". Estos mismos factores perduraban después de la segunda guerra mundial, pero con un salto adelante cualitativo, esta vez principalmente en Estados Unidos, cuando los militares otorgaron una cobertura a la creación de los elementos centrales de la moderna economía de alta tecnología. Ninguno de los beneficiarios quiere ver la conclusión de lo que Trebilcock llama “el banco militar que gastando del bolsillo público se ha revelado un macizo pagador de desarrollo científico”, y también tecnológico e industrial.

A partir de la segunda guerra mundial, un objetivo primario de la planificación militar ha sido él de promover la industria avanzada, cuando los líderes de los negocios reconocieron que la industria de alta tecnología no podría sobrevivir en una economía competitiva de “libre empresa”, y que “el gobierno es su único salvador posible” (Fortune, Business Week). El SDI de Reagan fue pregonado al mundo de los negocios con estos argumentos. Mantener la “base industrial de la defensa” – es decir, la industria de alta tecnología – fue uno de los factores llevados a la atención del Congreso por el presidente Bush cuando éste pidió que se mantuviera el presupuesto del Pentágono inmediatamente después de que la caída del muro de Berlín hubiese eliminado el pretexto ruso. La militarización del espacio es el próximo paso natural, que será impulsado hacia adelante por la carrera armamentista que se preanuncia. Hay otros que también están bien concientes de su potencial económico. Retrayéndose de su anterior postura crítica, el canciller alemán Gerhard Schroeder declaró en Marzo que Alemania tendría un interés económico vital en el desarrollo de la tecnología PMB, y que debe estar segura de que “no estamos excluidos” del trabajo tecnológico y científico en este ámbito. Se supone que la participación en los programas PMB podría fortalecer las bases económicas de Europa en general (véase Defense Monitor, Marzo 2001).
Por estas razones Estados Unidos hace poco rehusó sumarse al resto del mundo en la ratificación del Tratado sobre el Espacio Externo (al que se asoció Israel en 1999 y en 2000 y Micronesia en 2000), y ha bloqueado las negociaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarme desde cuando ésta abrió sus sesiones actuales en Enero. China y Rusia han pedido la desmilitarización del espacio; Rusia propuso pasos ulteriores, incluyendo la reducción de las ojivas a 1500 y la creación de zonas desnuclearizadas. Como reportó Reuters en Febrero, “Estados Unidos queda como único, entre los 66 estados miembros, en oponerse a la puesta en marcha oficial de negociaciones sobre el espacio externo”; [lo mismo] se reportó también en Desert News (Salt Lake City), en lo que virtualmente fue la única cobertura de la conferencia en los medios de comunicación estadounidenses. El 7 de Junio China pidió de nuevo que se prohibieran las armas en el espacio externo, pero Estados Unidos se negó, “bloqueando consecuentemente el inicio de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarme para prevenir una carrera armamentista en el espacio externo” (Financial Times, 8 de June).
Repito que todo esto tiene su sentido si la hegemonía, con sus beneficios de corto plazo para los intereses de élite, tiene un lugar más alto que la supervivencia en la clasificación de los valores operativos.

Subdesarrollo insostenible <> En una conversación reciente se le preguntó a Chomsky "¿Cuáles son los motivos de la presión de los EE.UU. en favor de un desarrollo sostenible en el mundo en desarrollo?". Esta fue su respuesta...
Es la primera vez que escucho eso --¿Favorecen los EE.UU. el desarrollo sostenible?—En tanto yo sé, los EE.UU. favorecen un subdesarrollo insostenible. Los programas incluidos en la política de los EE.UU., échese una mirada a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, como digamos las TRIPs y las TRIMs –Propiedad Intelectual Relacionada al Comercio y Medidas de Inversión Relacionadas al Comercio [por sus siglas en inglés] están diseñadas para impedir el desarrollo e impedir el crecimiento. Es así que los derechos de propiedad intelectual no son más que una protección del control y los precios monopólicos, que garantiza que las corporaciones, de hecho, en estos momentos, mega corporaciones, tengan derecho a cobrar precios monopólicos, asegurando, digamos, que las drogas de producción farmacéutica sean cotizadas con precios inalcanzables para la mayor parte del mundo, incluso aquí [en los Estados Unidos]. Por ejemplo, las drogas en los EE.UU. son mucho más caras que las mismas drogas tan cerca como en Canadá, y aun más caras que, digamos, en Europa y esto en el Tercer Mundo condenan a millones de personas a muerte.
Otros países pueden producir drogas. Y bajo los primeros regímenes de patentes, se tenían patentes de proceso. Ni siquiera sé si esas son legítimas, pero las patentes de proceso significaban que si alguna compañía farmacéutica encontraba una manera de producir una droga, alguien más listo podría encontrar una mejor manera para producirla, pues lo único patentado era el proceso. Así, si la industria farmacéutica brasileña hallaba una manera de hacerla más barata y mejor, bien, podían hacerla. No violaría ninguna patente. El régimen de la Organización Mundial del Comercio insiste en cambio en patentes de producto, y así no se puede encontrar un proceso más inteligente. Nótese que esto impide el crecimiento, y el desarrollo, y que eso es lo que pretende. Pretende detener la innovación, el crecimiento y el desarrollo y conservar ganancias extremadamente altas.
Bueno, las corporaciones farmacéuticas y otras argumentan que necesitan esto para poder recuperar los costos de la investigación y el desarrollo. Pero miremos más de cerca. Una parte muy substancial de la investigación y el desarrollo la paga el público de todas maneras. En sentido estricto, está en el orden de un 40-50%. Pero ese es un subestimado, porque no toma en cuenta la biología básica y la ciencia básica, las cuales están financiadas totalmente de manera pública. Entonces si se obtiene una cantidad realista, es un porcentaje muy alto el pagado públicamente de cualquier modo. Bueno, supongamos que llegara al 100%. Entonces toda motivación para los precios monopólicos desaparecería, y esto implicaría un enorme beneficio social. No hay ningún motivo económico justificable para no hacer esto. Hay un motivo económico, el lucro, pero es un esfuerzo por impedir el crecimiento y el desarrollo.
Pero, ¿qué hay de las Medidas de Inversión Relacionadas al Comercio? ¿Qué hacen? Las TRIPS son proteccionismo directo para el beneficio de los ricos y poderosos, a través de corporaciones subsidiadas públicamente. Las TRIMS son un poco más sutiles. Lo que buscan es que un país no pueda imponer condiciones a lo que un inversionista decida hacer. Supongamos que, digamos, la General Motors, decide llevar a cabo subcontratación en el extranjero, mandar a hacer partes en otro país con mano de obra barata, sin sindicatos, y luego enviarlas de regreso a General Motors. Bueno, los países en vías de desarrollo exitosos de Asia, una de las maneras en que se desarrollaron fue bloqueando ese tipo de cosas, insistiendo en que si iba a haber inversión extranjera, tenía que hacerse de manera tal que fuera productiva para el país que la recibiera. Tendría que haber transferencia de tecnología, o tendría que invertirse en los lugares en que ellos quisieran, o alguna proporción de la inversión tendría que ser para la exportación de mercancías terminadas que produjeran dinero. Montones de mecanismos como esos. Eso es parte de la forma mediante la cual tuvo lugar el milagro económico de Asia Oriental. Incidentalmente, esa es la forma en que todos los otros países en desarrollo consiguieron desarrollarse también, incluyendo a los Estados Unidos, con transferencia tecnológica desde Inglaterra. Esas aproximaciones son bloqueadas por las Medidas de Inversión Relacionadas al Comercio. Superficialmente suenan como si estuvieran aumentando el libre comercio, pero lo que hacen de hecho es aumentar la capacidad de las grandes corporaciones para llevar a cabo administración centralizada a través de las fronteras, porque así es como son la subcontratación en el extranjero y las transferencias intrafirma –centralizadas administrativamente. No son comercio en ningún sentido significativo. Y una vez más minan el crecimiento y el desarrollo.
De hecho, si se observa en general, lo que está siendo instituido es un régimen que previene el tipo de desarrollo que ha tenido lugar en los países que hoy en día son ricos, los países industrializados – no es el mejor tipo de desarrollo que podemos imaginar, con seguridad, pero es al menos desarrollo de algún tipo. Si uno revisa desde Inglaterra a los Estados Unidos, a Alemania, Francia, Japón, Corea – cada uno de estos países se desarrolló violando radicalmente los principios que se están instituyendo en la Organización Mundial del Comercio. Estos principios son métodos de socavamiento del crecimiento y el desarrollo, y de aseguramiento de la concentración del poder. El asunto del desarrollo sostenible ni siquiera aparece. Eso es completamente otra cuestión. El desarrollo sostenible significa, por ejemplo, prestar atención a lo que se llama "externalidades", cosas en las que los negocios no se fijan.
Tomemos, por decir, el comercio. Se supone que el comercio aumenta la riqueza. Tal vez lo haga, tal vez no, pero no se sabe lo que hace hasta no tomar en cuenta los costos del comercio, incluyendo costos que no se estiman, como por ejemplo el costo de la contaminación. Cuando algo se mueve de aquí para allá está creando contaminación. Se la llama una "externalidad" y no se la toma en cuenta. Está el agotamiento de recursos, como cuando se agotan los recursos de la producción agrícola. Están los costos militares. Por ejemplo, el precio del petróleo se mantiene dentro de un cierto margen, ni muy alto, ni muy bajo, mediante una porción substancial [de los gastos] del Pentágono dirigida directamente hacia los productores de petróleo del Medio Oriente, no porque a los Estados Unidos le guste el entrenamiento en el desierto o algo así, si no porque es ahí donde está el petróleo. Se quieren asegurar de que no suba mucho, ni baje mucho, sino que se quede donde lo quieren. No ha habido mucha investigación sobre esto, pero una investigación conducida por un consultante del departamento de energía de los EE.UU. estimó que los gastos solo del Pentágono significan tal vez un 30% de subsidio para el precio del petróleo, algo dentro de ese rango.
Bien, si uno mira más allá de las fronteras hay numerosos ejemplos como ese. Uno de los costos del comercio es que saca a la gente de su forma de vida. Cuando se exportan productos agrícolas estadounidenses subsidiados a México, esto saca a millones de campesinos de la agricultura. Eso es un costo, de hecho un costo múltiple, porque esos millones no solo sufren, son arrastrados a las ciudades en donde bajan los salarios, y así sufre otra gente, la cual incluye, incidentalmente, a trabajadores estadounidenses, que ahora competirán contra salarios aún más bajos. Estos son costos. Si se les toma en cuenta, se obtiene una imagen totalmente distinta de las interacciones económicas.
Incidentalmente, se puede decir eso de algo como el Producto Bruto Interno. Si se observan las medidas del Producto Bruto Interno, se verá que son altamente ideológicas. Por ejemplo, una de las maneras de aumentar el Producto Bruto Interno en los Estados Unidos es hacer lo que, de hecho, se está haciendo, no reparar las carreteras. Si no se reparan las carreteras y se tienen montones de baches por todas partes, eso significa que cuando los carros pasan, se destrozan. Eso significa que uno tiene que comprarse un carro nuevo. O tiene que ir al mecánico para que lo repare, y así. Todo eso aumenta el Producto Bruto Interno. Se enferma más a la gente contaminando la atmósfera. Eso aumenta el Producto Bruto Interno porque tienen que ir al hospital y pagar doctores y comprar drogas, y así. De hecho, lo que aumenta el Producto Interno Bruto en las sociedades, como están hoy en día organizadas, no es una medida del bienestar social en ningún sentido significativo.
Ha habido esfuerzos para construir otras medidas que sí tomen en cuenta estas cosas, y ellas nos dan historias muy diferentes. Por ejemplo, los Estados Unidos son uno de los pocos países industrializados que no publican "indicadores sociales" regularmente --medidas del bienestar social, como el abuso de menores, su mortalidad, y esa clase de cosas. La mayoría de los países lo hacen. Todos los años tienen un indicador social. Los Estados Unidos no lo hacen, y así es difícil estimar la salud social del país. Pero ha habido esfuerzos por hacerlo.
Hay un proyecto importante en la Universidad de Fordham, una universidad jesuita en Nueva York. Por años han intentado construir un indicador de salud social para los Estados Unidos. Publicaron el último volumen hace un par de meses. Son cosas interesantes. De acuerdo a sus análisis de los indicadores del tipo que mencioné, hasta alrededor de 1975, o sea, durante la "era dorada", como se la llama, la salud social crecía, más o menos, con la economía. En cierta forma seguía a la economía. Conforme mejoraba la economía, mejoraba la salud social. A partir de 1975 los indicadores divergen. La economía ha seguido creciendo, aunque más lentamente que antes, pero la salud social ha decaído. Y continúa decayendo. De hecho, concluyen que los Estados Unidos están en una recesión, una seria recesión, desde el punto de vista de los indicadores que importan. Es entonces que uno empieza a fijarse en cuestiones como desarrollo sostenible, desarrollo significativo. Pero para eso se requiere una perspectiva completamente diferente en todos estos aspectos de la economía y sus consecuencias, etc., una que definitivamente debería de adoptarse. Y esas son las cuestiones que emergen cuando la gente habla de desarrollo sostenible, pero los EE.UU. ciertamente no tienen tal programa. Deberían, pero no lo tienen.

La nueva guerra contra el terror

Transcripción de la grabación hecha en el Foro de Tecnología y Cultura en el MIT
- 18 de octubre de 2001. Todos sabemos que el mundo lo maneja la gente de la televisión [risas en el público].
Acabo de recibir órdenes de que debía estar aquí, no allá. Bueno, la última charla que di en este foro fue sobre un tema liviano y agradable. Fue sobre cómo los seres humanos constituyen una especie en peligro y, considerando la naturaleza de sus instituciones, probablemente se destruirán a sí mismos dentro de un plazo relativamente corto. Así que esta vez podemos dar un suspiro de alivio ya que tenemos un tema agradable en su lugar. Por desgracia, el mundo sigue presentándonos cosas que lo hacen más y más horrible y seguimos tal cual.
Asumo 2 condiciones para esta charla
Voy a dar por sentado dos condiciones para esta charla.
La primera es lo que yo presumo es un reconocimiento de los hechos. Y es que los eventos del 11 de septiembre fueron una atrocidad horrenda, probablemente el mayor número de muertos súbitos de cualquier crimen en toda la historia, fuera de una guerra.
La segunda presunción tiene que ver con los objetivos. Presumo que nuestro objetivo es que estamos interesados en reducir la probabilidad de tales crímenes, sean contra nosotros o contra otros.
Si no aceptan estas dos presunciones, entonces lo que diga no se dirigirá a ustedes. Si las aceptan, se presentan una cantidad de preguntas estrechamente relacionadas, que merecen mucha reflexión.
Las 5 preguntas
Una pregunta, que es de lejos la más importante es ¿qué está sucediendo ahora mismo?
E implícitamente ¿qué podemos hacer al respecto? La segunda tiene que ver con la suposición muy común que lo sucedido el 11 de septiembre es un acontecimiento histórico, que cambiará la historia. Tiendo a estar de acuerdo. Creo que es cierto. Fue un evento histórico y la pregunta que debemos hacernos es exactamente por qué. La tercera pregunta tiene que ver con el título, "La guerra contra el terrorismo". ¿Qué es exactamente? Y hay una pregunta relacionada: ¿qué es el terrorismo? La cuarta pregunta, aunque más restringida importante, tiene que ver con los orígenes de los crímenes del 11 de septiembre. Y la quinta pregunta, en la que quiero detenerme un poco, es qué opciones políticas existen en el combate de esta guerra contra el terrorismo, y en el trato de las situaciones que llevaron a ella.
Diré algunas cosas sobre cada pregunta. Con placer me extenderé en la discusión y, por favor, no duden en formular otras preguntas. Éstos son los interrogantes que en mi opinión se destacan, pero ustedes podrían fácil y plausiblemente tener otros.
1. ¿Qué está sucediendo en este momento?
Tres a cuatro millones de personas se están muriendo de hambre
Comencemos de inmediato con este tema. Hablaré sobre la situación en Afganistán. Sólo me basaré en fuentes indiscutibles como el New York Times [risas en el público].
Según el New York Times hay entre 7 y 8 millones de personas en Afganistán al borde de la inanición. Esto, en realidad, era cierto antes del 11 de septiembre. Estaban sobreviviendo gracias a la ayuda internacional. El 16 de septiembre el Times informó, cito, que EE.UU. exigía de Pakistán la eliminación de los convoyes de camiones que suministraban gran parte de los alimentos y otras provisiones a la población civil de Afganistán. Que yo sepa no hubo reacción alguna en EE.UU. o en Europa. Al día siguiente hablé por las radios nacionales de toda Europa. Que yo sepa, no hubo ninguna reacción en EE.UU. o en Europa ante la exigencia de que se impusiera la muerte por hambre a millones de personas. La amenaza de ataques aéreos inmediatamente después de septiembre... por ese entonces, obligó a evacuar a los trabajadores de la ayuda internacional, lo que inhabilitó los programas de ayuda. De hecho, cito nuevamente al New York Times. Los refugiados que llegaron a Pakistán después de duros viajes desde Afganistán describen escenas de desesperación y temor dentro del país, cuando la amenaza de los ataques dirigidos por EE.UU. convirtió la prolongada miseria diaria en una potencial catástrofe. El país colgaba de una cuerda de salvamento y acabábamos de cortarla. Citando del New York Times Magazine a un colaborador de la ayuda que fue evacuado.
El Programa Mundial de Alimentos, el de la ONU, que es lejos el principal, pudo reanudarse a principios de octubre, después de tres semanas. Lo reactivaron a niveles más reducidos, reanudando el envío de alimentos. No hay cooperantes de ayuda extranjeros en el país, así que el sistema de distribución es obstaculizado. Este fue suspendido en cuanto comenzaron los bombardeos. Luego recomenzaron a un ritmo más lento, mientras las agencias de ayuda criticaban duramente los lanzamientos aéreos de alimentos de EE.UU., condenándolos como instrumentos de propaganda que probablemente hacían más daño que bien. Ocurre que ahora estoy citando al Financial Times de Londres, pero es fácil continuar. Después de una primera semana de bombardeos, el New York Times informó en una página trasera, dentro de una columna que trataba de otra cosa, que según las cuentas de la ONU pronto habrá 7 millones y medio de afganos necesitando desesperadamente aunque sea un pedazo de pan y que quedan sólo unas pocas semanas antes de que comience el duro invierno, que imposibilitará el aprovisionamiento de muchas áreas, sigo citando, pero con los bombardeos el nivel de suministros ha bajado a la mitad de lo que se necesita. Un comentario como de pasada que nos dice que la civilización occidental está anticipando la matanza de, haremos el cálculo, 3 a 4 millones de personas, o algo por el estilo. El mismo día, el dirigente de la civilización occidental, rechazó una vez más, con desdén, las ofertas de negociación para la entrega del pretendido objetivo: Osama bin Laden; y también rechazó la solicitud de alguna evidencia para sustanciar la exigencia de una capitulación total. El mismo día, un Informador Especial de la ONU a cargo de alimentos, rogó a EE.UU. que detuvieran los bombardeos para salvar a millones de víctimas. Que yo sepa, no hubo información alguna al respecto. Esto fue el lunes. Ayer, las mayores agencias de ayuda OXFAM y Christian Aid se unieron a ese ruego. No se puede encontrar ninguna información al respecto en el New York Times. Hubo una línea en el Boston Globe, escondida en una historia sobre otro tópico, Cachemira.
Genocidio en silencio
Y así podríamos continuar... pero todo eso... en primer lugar nos indica lo que está sucediendo. Parece que lo que está sucediendo es una especie de genocidio silencioso. También nos da la oportunidad de ver lo que es la cultura de la élite, la cultura de la que formamos parte. Esto indica que pase lo que pase y sin saber que sucederá, los planes y programas que están siendo realizados se basan en la suposición de que puedan llevar a la muerte de varios millones de personas en las próximas semanas... casualmente sin comentarios y sin pensar al respecto, como si fuera algo normal, aquí y en buena parte de Europa. No en el resto del mundo. En realidad, ni siquiera en gran parte de Europa. Si uno lee la prensa irlandesa o la prensa en Escocia... tan cerca, las reacciones son muy diferentes. Bueno, eso es lo que está sucediendo. Lo que está sucediendo ahora, está ciertamente bajo nuestro control. Podemos hacer mucho para influenciar lo que está sucediendo. Y básicamente de eso se trata.

2. ¿Por qué fue un evento histórico?

Un ataque al territorio nacional

Ahora bien, consideremos la pregunta un poco más abstracta, olvidando por el momento que al parecer estamos en medio de un intento de asesinato de 3 o 4 millones de personas, no talibán, por supuesto, sino que sus víctimas. Volvamos atrás... volvamos a la pregunta sobre los históricos acontecimientos que ocurrieron el 11 de septiembre. Como dije, creo que es cierto. Fue un evento histórico. Lamentablemente, no por su dimensión de la que duele hablar porque en términos de su dimensión no es tan extraordinario. Dije que es el peor... probablemente el peor número de víctimas súbitas de cualquier crimen. Y puede ser cierto. Pero hay crímenes terroristas con efectos un poco más prolongados que son más extremos, por desgracia. Sin embargo, es un evento histórico porque hubo un cambio. El cambio fue la dirección hacia la que se apuntaba. Eso es nuevo. Radicalmente nuevo. Echémosle una mirada a la historia de EE.UU.
La última vez que el territorio nacional de EE.UU. fue atacado, o mejor dicho, incluso amenazado, fue cuando los británicos incendiaron Washington en 1814. Ha habido muchos... ha sido común presentar Pearl Harbor, pero no es una analogía válida. Piénsese lo que se quiera al respecto, los japoneses bombardearon bases militares en dos colonias de EE.UU., no el territorio nacional; colonias que habían sido arrebatadas a sus habitantes de una manera no demasiado elegante. Ahora es el territorio nacional el que ha sido atacado en gran escala, se pueden encontrar algunos ejemplos marginales, pero éste es único.
Durante cerca de 200 años, nosotros, Estados Unidos, expulsamos o sobre todo exterminamos a la población indígena, es decir a muchos millones de personas, conquistamos la mitad de México, realizamos depredaciones en toda la región, en el Caribe y en América Central, a veces más allá, conquistamos Hawai y Filipinas, matando a varios cientos de miles de filipinos al hacerlo. Desde la segunda guerra mundial, EE.UU. ha extendido su alcance a todo el mundo utilizando métodos que no precisan descripción. Pero fue siempre matando a otros, la batalla fue siempre en otros lugares, los masacrados fueron los otros. No aquí. No en el territorio nacional.

Europa

En el caso de Europa, el cambio es aún más dramático, porque su historia es aún más horrenda que la nuestra. Somos, básicamente, un vástago de Europa. Durante cientos de años, Europa ha estado masacrando gente en todo el mundo, con la mayor tranquilidad. Es así como conquistaron el mundo, no distribuyendo golosinas a los bebés. Durante este período Europa sufrió guerras asesinas, pero fueron asesinos europeos matándose mutuamente. La única razón por la que terminó en 1945, fue... no tuvo nada que ver con democracia o con no hacerse la guerra unos a otros u otras nociones de moda. Tuvo que ver con el hecho de que todos comprendieron que la próxima vez que jugaran ese jueguito iba a ser el fin del mundo. Porque los europeos, incluyéndonos a nosotros, han desarrollado tales armas de destrucción masiva que ese juego tiene que acabarse. Y tiene cientos de años. En el siglo XVII, aproximadamente un 40 por ciento de toda la población de Alemania fue eliminada en una sola guerra.
Pero durante todo ese período de sangrientas matanzas, los europeos se estuvieron matando unos a otros, y matando gente en otras partes. Congo no atacó a Bélgica, India no atacó a Inglaterra. Argelia no atacó a Francia. Es siempre lo mismo. De nuevo, hubo algunas pequeñas excepciones, pero muy pequeñas en escala, ciertamente invisible en la escala de lo que Europa y nosotros estábamos haciéndole al resto del mundo. Es el primer cambio. Es la primera vez que se apunta en la dirección contraria. Y a mi juicio es probablemente el motivo por el cual se ven reacciones tan diferentes a los dos lados del Mar de Irlanda, que he visto, a propósito, en numerosas entrevistas a ambos lados, en la radio nacional en ambos casos. El mundo se ve muy distinto, dependiendo de si uno tiene el látigo en sus manos o si ha estado recibiendo latigazos durante siglos, muy distinto. Así que pienso que el choque y la sorpresa en Europa y en sus vástagos, como aquí, son comprensibles. Es un evento histórico pero, por desgracia, no en escala, en otro sentido y es la razón por la que el resto del mundo... la mayor parte del resto del mundo lo ve de manera muy diferente. Sin dejar de sentir compasión por las víctimas de la atrocidad, o de horrorizarse, eso es casi general, sino que porque lo consideran desde una perspectiva diferente. Algo que debiéramos tratar de comprender.

3. ¿Qué es la guerra contra el terrorismo?

Bien, veamos la tercera pregunta, '¿qué es la guerra contra el terrorismo?' y una pregunta incidental, '¿qué es el terrorismo?' La guerra contra el terrorismo ha sido descrita en las altas esferas como una lucha contra una plaga, como un cáncer que es propagado por bárbaros, por "oponentes depravados de la civilización misma." Es un sentimiento que comparto. Sucede, sin embargo, que las palabras que estoy citando, son de hace 20 años. Son... del presidente Reagan y de su secretario de estado. La administración Reagan llegó al poder hace 20 años declarando que la guerra contra el terrorismo internacional se hallaría en el centro de nuestra política... describiéndola en términos como los que acabo de mencionar, entre otros. Y estuvo en el centro de nuestra política exterior. La administración Reagan reaccionó a esa plaga propagada por oponentes depravados a la civilización misma, creando una red terrorista internacional extraordinaria, sin precedente alguno en su escala, que realizó masivas atrocidades en todo el mundo, sobre todo... bien, en parte, cerca, pero no sólo allí. No voy a mencionar toda la lista, ustedes son todos, gente educada, así que estoy seguro de que lo aprendieron en el colegio secundario. [risas del público]

La guerra de Reagan-EE.UU. contra Nicaragua

Sólo mencionaré un caso inobjetable, así no habrá polémicas al respecto; de ninguna manera es el caso más extremo, pero es indiscutible. Y lo es gracias a los fallos de las principales autoridades internacionales, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Mundial, y el Consejo de Seguridad de la ONU. Así que este caso es irrefutable, por lo menos para gente con la más mínima consideración por el derecho internacional, los derechos humanos, la justicia y otras cosas similares. Y ahora les daré un trabajo. Ustedes pueden calcular la dimensión de esa categoría preguntando simplemente cuántas veces se ha mencionado ese caso evidente en los comentarios del mes pasado. Y es un caso particularmente relevante, no sólo porque es inobjetable, sino porque ofrece un precedente sobre cómo un estado que respeta el derecho reaccionaría... o reaccionó de hecho ante el terrorismo internacional, lo que es incuestionable. Y fue aún más extremo que los eventos del 11 de septiembre. Estoy hablando de la guerra de Reagan-EE.UU. contra Nicaragua, que causó decenas de miles de muertos, arruinó al país, tal vez irreparablemente.

La reacción nicaragüense

Nicaragua reaccionó. No reaccionó lanzando bombas en Washington. Reaccionaron llevando el caso a la Corte Mundial, presentando un caso, no tuvieron ningún problema para reunir la evidencia. La Corte Mundial aceptó el caso, decidió a su favor. Ordenó que... condenaron lo que llamaron el "uso ilegal de la fuerza," que es otra forma de llamar al terrorismo internacional por parte de EE.UU... Ordenó a EE.UU. que detuviera el crimen y que pagara masivas reparaciones. Estados Unidos, por supuesto, rechazó el fallo de la corte con un desprecio total y anunció que en lo futuro no aceptaría la jurisdicción de la corte. Entonces Nicaragua fue al Consejo de Seguridad de la ONU, el que consideró una resolución llamando a todos los estados a respetar el derecho internacional. No se mencionó a nadie, pero todos comprendieron. EE.UU. vetó la resolución. Ahora es el único estado conocido que ha sido condenado por la Corte Mundial por terrorismo internacional, y ha vetado la resolución del Consejo de Seguridad llamando a todos los estados a respetar el derecho internacional. Nicaragua fue entonces a la Asamblea General, donde técnicamente no existe el derecho a veto, pero donde un voto negativo de EE.UU. equivale a un veto. Aprobó una resolución similar y solamente se opusieron Estados Unidos, Israel y El Salvador. Lo mismo pasó el año siguiente, pero esa vez EE.UU. sólo pudo conseguir el apoyo de Israel, así que fueron 2 votos opuestos a la observación del derecho internacional. Llegado ese punto, a Nicaragua no le quedó ningún recurso legal. Había intentado todas las medidas posibles. No funcionan en un mundo regido por la fuerza.
El caso es irrefutable, pero de ninguna manera el más extremo. Aprendemos mucho sobre nuestra propia cultura y sociedad y sobre lo que está sucediendo en la actualidad, preguntando '¿cuánto sabemos de todo esto? ¿cuánto hablamos de esto? ¿Cuánto aprendemos en la escuela? ¿Cuánto llena las primeras planas?' Y no fue más que el comienzo. EE.UU. respondió a la Corte Mundial y al Consejo de Seguridad, escalando inmediatamente la guerra de manera acelerada y, casualmente, fue una decisión de ambos partidos. Los términos de la guerra también fueron alterados. Por primera vez hubo órdenes oficiales... órdenes oficiales al ejército terrorista de atacar lo que se llama "objetivos blandos," queriendo decir objetivos civiles indefensos, y mantenerse lejos del ejército nicaragüense. Pudieron hacerlo porque EE.UU. controlaba totalmente el espacio aéreo sobre Nicaragua y suministró al ejército mercenario equipos de comunicación modernos; no se trataba de un ejército de guerrilla en el sentido normal y podían recibir instrucciones sobre los desplazamientos de las fuerzas del ejército nicaragüense, de manera que podían atacar impunemente cooperativas agrícolas, clínicas sanitarias, etc., etc.,... objetivos blandos. Ésas eran las órdenes oficiales.

¿Cuál fue la reacción en este país?

¿Cuál fue la reacción? Era sabido. Hubo una reacción. La política utilizada fue considerada como sensata por la opinión liberal de izquierda. Así que Michael Kinsley, que representa a la izquierda en la discusión en los medios oficiales, escribió un artículo en el que dijo que no debiéramos apresurarnos demasiado en la crítica de esa política, como lo había hecho Human Rights Watch. Dijo que una "política sensata" debe "pasar el examen de costos y beneficios" - es decir, ahora paso a citar, el análisis de "por un lado la cantidad de sangre y miseria que habrá que introducir, y por el otro la probabilidad de que la democracia emerja." La democracia, tal como EE.UU. comprende la expresión, ilustrada gráficamente por los países vecinos [a Nicaragua]. Nótese que es un axioma que EE.UU., las élites de EE.UU., tienen el derecho de efectuar el análisis y realizar el proyecto si pasa sus tests. Y pasó sus tests. Funcionó. Cuando Nicaragua terminó por sucumbir ante el ataque de la superpotencia, los comentaristas elogiaron pública y alegremente el éxito de los métodos que fueron utilizados, y los describieron en detalle. Así que paso a citar a Time Magazine, tomando a uno de tantos. Alabaron el éxito de los métodos escogidos: "para arruinar la economía e implementar una larga y mortífera guerra por encargo, hasta que los nativos exhaustos derroquen por sí mismos al gobierno indeseable," con un costo "mínimo" para nosotros, dejando a las víctimas con "puentes destruidos, estaciones eléctricas saboteadas, y granjas arruinadas", dándole así al candidato de EE.UU. un "tema ganador": "terminar con el empobrecimiento del pueblo de Nicaragua". El New York Times publicó una primera plana diciendo "Estadounidenses unidos en la alegría" ante este resultado.

El terrorismo funciona - el terrorismo no es el arma de los débiles

Esta es la cultura en la que vivimos y revela varios hechos. Uno es el hecho que el terrorismo funciona. No fracasa. Funciona. La violencia funciona generalmente. Es la historia del mundo. En segundo lugar, es un error analítico muy serio decir, como se hace comúnmente, que el terrorismo es el arma de los débiles. Como otros medios de violencia, constituye sobre todo un arma de los fuertes, abrumadora en realidad. Es considerada un arma de los débiles, porque los fuertes también controlan los sistemas doctrinarios y su terror no cuenta como terror. Ahora bien, eso es casi universal. No se me ocurre ninguna excepción histórica, incluso los peores asesinos en masa ven el mundo de esa manera. Por ejemplo, tomemos a los nazis. No imponían el terror en la Europa ocupada. Estaban protegiendo a la población local contra el terrorismo de los partisanos. Y como en el caso de otros movimientos de resistencia, hubo terrorismo. Los nazis efectuaban contraterrorismo. Además, EE.UU. estuvo esencialmente de acuerdo con eso. Después de la guerra, el ejército de EE.UU. realizó estudios extensivos de las operaciones de contraterrorismo de los nazis en Europa. En primer lugar, debiera decir que EE.UU. aprendió de ellos y comenzó a realizar operaciones similares, a menudo contra los mismos objetivos, la antigua resistencia. Pero los militares que estudiaron los métodos nazis también publicaron interesantes estudios, a veces criticando la ineficacia al llevarlos a cabo, un verdadero análisis crítico; ustedes no hicieron esto bien, pero lo otro sí. Pero esos métodos y consejos de los oficiales de la Wehrmacht fueron importados a este país y se convirtieron en los manuales de la contrainsurgencia, del contraterrorismo, del conflicto de baja intensidad, como lo llaman, y son los manuales, y los procedimientos que están siendo utilizados. Así que no es que sólo los nazis lo hicieron. Ésta fue considerada la acción correcta por los dirigentes de la civilización occidental, es decir nosotros, que luego procedimos a hacer lo mismo. El terrorismo no es el arma de los débiles. Es el arma de los que están contra 'nosotros' sin importar quienes son 'nosotros'. Y si ustedes pueden encontrar una excepción histórica a este hecho, me interesaría conocerla.

La naturaleza de nuestra cultura - Cómo vemos el terrorismo

Bien, una indicación interesante sobre la naturaleza de nuestra cultura, nuestra elevada cultura, es la forma en la que se considera todo esto. Una forma en la que se considera es ocultándolo simplemente. Así que casi nadie ha oído hablar del asunto. Y el poder de la propaganda y la doctrina estadounidense es tan fuerte, que hasta las víctimas apenas lo saben. Quiero decir que, por ejemplo, cuando se habla de este asunto con gente en Argentina, hay que recordárselo. Oh, sí, sucedió, se nos había olvidado. Es ocultado profundamente. Las consecuencias absolutas del monopolio de la violencia pueden ser muy poderosas en términos ideológicos, entre otros.

La idea de que Nicaragua pudiera haber tenido el derecho de defenderse

Bien, un aspecto esclarecedor de nuestra propia actitud hacia el terrorismo es la reacción a la idea de que Nicaragua pudiera haber tenido el derecho de defenderse. En realidad estudié esto en bastante detalle buscando en bancos de datos y ese tipo de cosas. La idea de que Nicaragua pudiera haber tenido el derecho de defenderse fue considerada escandalosa. No hay prácticamente nada en los comentarios de los medios de comunicación oficiales indicando que Nicaragua podría haber tenido ese derecho. Y ese hecho fue aprovechado por la administración Reagan y su propaganda de una manera interesante. Aquellos de ustedes que vivieron esa época, recordarán que periódicamente se lanzaban rumores de que los nicaragüenses recibían jets MIG de Rusia. Al llegar ese punto los halcones y las palomas se dividían. Los halcones decían, 'OK, hay que bombardearlos'. Las palomas decían, 'esperemos, veamos si los rumores son ciertos. Y si lo son, hay que bombardearlos. Porque constituyen un peligro para Estados Unidos'. A propósito, ¿Por qué iban a recibir aviones MIG? Ahora bien, trataron de conseguir aviones de los países europeos, pero EE.UU. presionó a sus aliados para que no les enviaran medios de defensa, porque quería que se tornaran hacia los rusos.
Esto venía bien por razones de propaganda. Así se convertían en una amenaza para nosotros. Recuerden que estaban a sólo 2 días de marcha de Harlingen, Texas. Declaramos, verdaderamente, una emergencia nacional en 1985, para proteger el país contra la amenaza de Nicaragua. Y siguió en vigor. Así que más valía que consiguieran armas de los rusos. ¿Por qué iban a querer aviones jet? Pues, por las razones que ya he mencionado. EE.UU. tenía un control total sobre su espacio aéreo, volaba sobre éste y lo utilizaba para dar instrucciones al ejército terrorista para que pudieran atacar objetivos blandos sin encontrarse con el ejército que podría defenderlos. Todo el mundo sabía que ése era el motivo. No iban a utilizar sus jets para otra cosa. Pero la idea de que se pudiera permitir a Nicaragua que defendiera su espacio aéreo contra el ataque de una superpotencia que dirigía a fuerzas terroristas para que atacaran objetivos civiles indefensos, era considerada en Estados Unidos como escandalosa y era la opinión general. Las excepciones son tan raras que puedo hacer una listita. No sugiero que acepten mi palabra. Miren ustedes mismos. Eso incluye también a nuestros senadores, a propósito.

Honduras - El nombramiento de John Negroponte como embajador en las Naciones Unidas

Otra ilustración de cómo vemos el terrorismo está sucediendo ahora mismo. EE.UU. nombró hace un par de semanas a un embajador en las Naciones Unidas para conducir la guerra contra el terrorismo. ¿Quién es? Bien, su nombre es John Negroponte. A principios de los años 80, fue el embajador de EE.UU. en el feudo, que es lo que es, de Honduras. Hubo un poco de alboroto sobre el hecho de que debe haber sabido, y por cierto que sabía, de los asesinatos en gran escala y de otras atrocidades que estaban siendo cometidas por las fuerzas de seguridad de Honduras, a las que apoyábamos. Pero eso es sólo una pequeña parte. Como procónsul de Honduras, como se le llamaba allí, fue el supervisor local de la guerra terrorista conducida en Honduras, por la que su gobierno fue condenado por la Corte Mundial y después por el Consejo de Seguridad, en una resolución vetada. Y acaba de ser nombrado como embajador ante la ONU para conducir la guerra contra el terror. Otro pequeño experimento que ustedes pueden hacer es investigar y descubrir qué reacción tuvo lugar. Bien, les podría decir lo que van a encontrar, pero más vale que lo descubran ustedes mismos. Ahora bien, eso nos dice mucho sobre la guerra contra el terrorismo y mucho sobre nosotros mismos.
Después de que Estados Unidos volvió a apoderarse del país bajo condiciones que fueron tan gráficamente descritas por la prensa, el país había quedado destruido en los años 80, y desde entonces se ha desmoronado totalmente en casi todos los sectores. Desde que EE.UU. se hizo cargo ha declinado mucho económica y democráticamente, así como en casi todos los demás sectores. Es ahora el segundo país más pobre del hemisferio. Yo diría... no voy a hablar del tema, pero ya dije que escogí a Nicaragua porque era un caso incontrovertible. Si ustedes consideran los otros estados en la región, el terror estatal fue más extremo y de nuevo se origina en Washington y eso, de ninguna manera, es todo.

Ataques sudafricanos respaldados por EE.UU. y el Reino Unido

Lo mismo sucedía en otras partes del mundo, tomemos por ejemplo África. Sólo durante los años de Reagan, los ataques sudafricanos, respaldados por EE.UU. y Gran Bretaña, contra los países vecinos causaron cerca de un millón y medio de víctimas, 60.000 millones de dólares en daños y la destrucción de países enteros. Y si vamos por el mundo, podemos agregar más ejemplos.
Esa fue la primera guerra contra el terror, sobre la que he dado un pequeño ejemplo. ¿Y se supone que le prestemos atención? ¿O hay algún motivo de pensar que podría ser relevante? Después de todo no se trata exactamente de historia antigua. Bien, evidentemente no es así, como se puede deducir al considerar la actual discusión sobre la guerra contra el terror que ha constituido el tópico principal del mes pasado.

Haití, Guatemala, y Nicaragua

Mencioné que Nicaragua se ha convertido ahora en el segundo país más pobre del hemisferio. ¿Cuál es el país más pobre? Bien, desde luego que es Haití, que sucede que es también de lejos la víctima de la mayor cantidad de intervenciones estadounidenses en el siglo XX. Lo dejamos totalmente devastado. Es el país más pobre. Nicaragua está en segundo lugar en el grado de intervención estadounidense en el siglo XX. Y es el segundo más pobre. En realidad, está compitiendo con Guatemala. Se alternan cada uno o dos años como el segundo país en el nivel de pobreza. Y también compiten en quién es el objetivo principal de las intervenciones militares de EE.UU. Se supone que debemos creer que todo esto es una especie de accidente. Que no tiene nada que ver con lo sucedido en el pasado. Quizás.

Colombia y Turquía

El peor violador de los derechos humanos en los años 90 es Colombia, de lejos. También es, de lejos, el principal receptor de ayuda militar de EE.UU. en los años 90, para mantener el terror y las violaciones de los derechos humanos. En 1999, Colombia reemplazó a Turquía como el principal receptor de armas estadounidenses en todo el mundo, es decir excluyendo a Israel y Egipto, que están en una categoría especial. Y eso nos dice mucho más sobre la actual guerra contra el terror.
¿Por qué recibía Turquía un flujo tan inmenso de armas de EE.UU.? Bueno, si le echan una mirada al flujo de armas estadounidenses a Turquía, Turquía siempre recibió muchas armas de EE.UU. Está ubicada estratégicamente, es miembro de la OTAN, etc.
Pero el flujo de armas a Turquía aumentó radicalmente en 1984. No tuvo nada que ver con la guerra fría. Quiero decir, Rusia se estaba descalabrando. Y continuó al mismo nivel desde 1984 a 1999, cuando fue reducido y desplazado como primer receptor por Colombia. ¿Qué sucedió entre 1984 y 1999? Bien, en 1984, [Turquía] lanzó una gran guerra terrorista contra los kurdos en el sudeste de Turquía. Y entonces aumentó la ayuda de EE.UU., la ayuda militar. Y no se trataba de pistolas. Eran aviones jet, tanques, entrenamiento militar, etc. Y permaneció elevada mientras las atrocidades escalaban durante los años 90. Y la ayuda aumentó al mismo ritmo. El año cumbre fue 1997. En 1997, la ayuda militar de EE.UU. a Turquía fue superior que en todo el período entre 1950 y 1983, es decir durante la guerra fría, lo que es una indicación de la medida en la que la guerra fría ha afectado la política. Y los resultados fueron impresionantes. Llevó a entre 2 y 3 millones de refugiados. Parte de la peor limpieza étnica de fines de los 90. Decenas de miles de muertos, 3500 ciudades y aldeas destruidas, mucho más que en Kosovo, a pesar de las bombas de la OTAN. Y Estados Unidos suministró un 80 por ciento de las armas, aumentando a medida que aumentaban las atrocidades, alcanzando el nivel máximo en 1997. Declinó en 1999 porque, una vez más, el terror funcionó, como lo hace usualmente cuando es llevado a cabo por sus principales agentes, sobre todo los poderosos. Así que en 1999, el terror turco, llamado, por supuesto, contra-terror, pero como he dicho eso es universal, funcionó. Por ello, Turquía fue reemplazada por Colombia, que aún no había tenido éxito en su guerra terrorista. Y por ello tuvo que alcanzar el primer lugar como receptor de armas de EE.UU.

Los intelectuales occidentales se elogian a sí mismos

Bien, lo que hace esto tanto más pasmoso es que todo sucedía justo en el medio de un inmenso elogio de los intelectuales occidentales, que probablemente no tiene igual en la historia. Creo que todos ustedes lo recuerdan. Fue hace sólo un par de años. La masiva auto-adulación sobre cómo por primera vez en la historia somos tan magníficos; que defendemos principios y valores; dedicados a terminar con la crueldad en esta nueva era de esto y aquello, etcétera, etcétera. Y evidentemente no podemos tolerar atrocidades cerca de las fronteras de la OTAN. Esto fue repetido una y otra vez. Sólo dentro de las fronteras de la OTAN no podemos limitarnos a tolerar atrocidades, sino que contribuimos a ellas. Otra oportunidad de ver lo que es la civilización occidental y la propia, es preguntándose: ¿Cuántas veces se discute este tema? Traten de averiguarlo, no lo voy a repetir. Pero es instructivo. Es un hecho bastante impresionante que un sistema de propaganda se salga con la suya en una sociedad libre. No creo que se pueda lograr en un estado totalitario.

Turquía está muy agradecida

Y Turquía está muy agradecida. Hace sólo algunos días, el primer ministro Ecevit, anunció que Turquía se unirá a la coalición contra el terror con mucho entusiasmo, aún más que otros. En realidad, dijo que contribuiría con tropas, lo que otros no están dispuestos a hacer. Y explicó el por qué. Dijo que: tenemos una deuda de gratitud con EE.UU. porque EE.UU. fue el único país que estuvo dispuesto a contribuir de manera tan masiva a nuestra propia guerra, en sus palabras, "contra-terrorista". Es decir a nuestra propia limpieza étnica, nuestras atrocidades y nuestro terror. Otros países ayudaron un poco, pero se retuvieron. Estados Unidos, por su parte, contribuyó decisivamente y con entusiasmo, y pudo hacerlo por el silencio, el servilismo sería la palabra correcta, de las clases educadas que podían averiguar fácilmente lo que sucedía. Después de todo, somos un país libre. Se pueden leer los informes sobre los derechos humanos. Se puede leer toda clase de cosas. Pero preferimos contribuir a las atrocidades y Turquía está muy contenta, tiene con nosotros una deuda de gratitud por eso y por ello contribuirá tropas, igual como lo hizo durante la guerra en Serbia. Turquía fue adulada por utilizar los F16 que le suministramos para bombardear Serbia, exactamente como lo había estado haciendo con los mismos aviones contra su propia población, hasta el momento en que finalmente logró aplastar el terror interno, como lo llamaban. Y como de costumbre, como siempre, la resistencia incluye terror. Vale también para la Revolución Estadounidense. Vale para todos los casos que conozco. Igual como es verdad que aquellos que tienen un monopolio de la violencia hablan de sí mismos como si realizaran contra-terror.

La coalición - incluyendo a Argelia, Rusia, China e Indonesia

Ahora bien, todo esto es bastante impresionante, y tiene que ver con la coalición que está siendo organizada para librar la guerra contra el terror. Y es muy interesante ver cómo se está describiendo dicha coalición. Así que echemos una mirada al Christian Science Monitor de esta mañana. Es un buen periódico. Uno de los mejores periódicos internacionales, con una verdadera cobertura mundial. El principal artículo, el de la primera plana, es sobre cómo Estados Unidos; ustedes saben que a la gente no le gustaba Estados Unidos, pero ahora están comenzando a respetarlo, y están muy contentos con la forma en la que EE.UU. está conduciendo la guerra contra el terror. Y el primer ejemplo, en realidad el único ejemplo serio, los otros son un chiste, es Argelia. Resulta que Argelia siente mucho entusiasmo por la guerra de EE.UU. contra el terror. La persona que escribió el artículo es un experto en África. Debe saber que Argelia es uno de los estados terroristas más sanguinarios del mundo, y que ha estado aplicando un terror horrendo contra su propia población durante los últimos años. Durante un tiempo, el hecho fue mantenido en secreto. Pero fue finalmente denunciado en Francia por desertores del ejército argelino. Lo sabe todo el mundo en Francia y en Inglaterra, y en otros países. Pero aquí, aquí estamos muy orgullosos porque uno de los peores estados terroristas del mundo saluda ahora con entusiasmo la guerra de EE.UU. contra el terror y en realidad está alentando a EE.UU. a que dirija la guerra. Muestra hasta qué punto estamos haciéndonos populares.
Y si se considera la coalición que está siendo formada contra el terror, vemos mucho más. Un miembro destacado de la coalición es Rusia, deleitada de que EE.UU. apoye su guerra terrorista asesina en Chechenia en lugar de criticarla de vez en cuando desde las bambalinas. China se une con entusiasmo. Está deleitada de conseguir apoyo para las atrocidades que está cometiendo en China occidental contra, lo que califica de, secesionistas musulmanes. Turquía, como acabo de mencionar, está feliz con la guerra contra el terror. Son expertos. Argelia, Indonesia, deleitados de tener aún más apoyo estadounidense para las atrocidades que está realizando en Ache y en otros sitios. Ahora bien, podemos repasar toda la lista, la lista de los estados que se han unido a la coalición contra el terror es bastante impresionante. Tienen una característica común. Están, ciertamente, entre los principales estados terroristas del mundo. Y son dirigidos por el campeón mundial.

¿Qué es el terrorismo?

Bien, esto nos hace retornar a la pregunta, ¿qué es el terrorismo? He estado suponiendo que lo comprendemos. Bueno, ¿qué es? Bien, hay algunas respuestas fáciles. Hay una definición oficial. Se puede encontrar en el código de EE.UU. o en los manuales del ejército de EE.UU. Una breve elucidación tomada de un manual del ejército de EE.UU., es bastante adecuada, y es que terror es el uso calculado de la violencia o de la amenaza de violencia para lograr objetivos políticos o religiosos a través de la intimidación, la coerción, o la provocación de miedo. Eso es terrorismo. Es una definición bastante justa. Creo que es razonable aceptarla. El problema es que no puede ser aceptada, porque si es aceptada, vienen todas las consecuencias erróneas. Por ejemplo, todas las consecuencias que acabo de mencionar. Hay ahora mismo un importante esfuerzo en la ONU para tratar de desarrollar un tratado exhaustivo sobre el terrorismo. Cuando Kofi Annan recibió el premio Nobel el otro día, se habrán dado cuenta que se informó que había dicho que debiéramos de dejar de perder el tiempo con este tema y poner manos a la obra.
Pero hay un problema. Si se utiliza la definición oficial de terrorismo en el tratado exhaustivo, se va a llegar a resultados desacertados. No se puede proceder así. En realidad es peor todavía. Si se lanza un vistazo a la definición de Guerra de Baja Intensidad, que es una política oficial de EE.UU., se ve que es una paráfrasis muy próxima de lo que acabo de leer. En realidad, un Conflicto de Baja Intensidad es simplemente otro nombre para el terrorismo. Es el motivo por el cual todos los países, que yo sepa, llaman todo acto horrendo que cometen, contra-terrorismo. Sucede que nosotros lo llamamos contra-insurgencia o Conflicto de Baja Intensidad. Así que hay un problema serio. No podemos utilizar la verdadera definición. Tenemos que encontrar cuidadosamente una definición que no lleve a consecuencias indeseadas.

¿Por qué votaron EE.UU. e Israel contra una resolución importante condenando el terrorismo?

Hay algunos problemas adicionales. Algunos se presentaron en diciembre de 1987, en el punto álgido de la primera guerra contra el terrorismo, fue cuando el furor por la plaga llegaba al clímax. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución muy enérgica contra el terrorismo, condenando la plaga en términos muy firmes, llamando a todos los estados a combatirla por todos los medios. Fue aprobada unánimemente. Un país, Honduras, se abstuvo. Dos votos en contra, los dos de costumbre, EE.UU. e Israel. ¿Por qué iban a votar EE.UU. e Israel contra una importante resolución condenando enérgicamente el terrorismo, en realidad utilizando en gran parte los mismos términos que estaban siendo usados por la administración Reagan? Bueno, hay una razón. Hay un párrafo en esa extensa resolución que dice que nada en esa resolución infringe los derechos de los pueblos que luchan contra regímenes racistas y colonialistas o contra la ocupación militar extranjera a continuar con su resistencia con la ayuda de otros, otros estados, estados extranjeros, en su justa causa. Bueno, EE.UU. e Israel no pueden aceptar algo semejante. La razón principal por la que no lo podían permitir en esa época era África del Sur. África del Sur era un aliado, calificado oficialmente de aliado. Había una fuerza terrorista en África del Sur. Se llamaba el Congreso Nacional Africano. Oficialmente, constituía una fuerza terrorista. África del Sur, al contrario, era un aliado y, evidentemente, no podíamos apoyar las acciones de un grupo terrorista que luchaba contra un régimen racista. Sería algo imposible.
Y, desde luego, hay otro caso. Es el de los territorios ocupados por Israel, ahora ya desde hace 35 años. Apoyado sobre todo por EE.UU., para impedir una solución diplomática desde hace 30 años, y continúa haciéndolo. Y eso no puede permitirse. En esa época había otro motivo. Israel estaba ocupando el sur de Líbano y encontraban la resistencia de lo que EE.UU. llama una fuerza terrorista, Hizbulá, que finalmente logró expulsar a Israel de Líbano. Y no podemos permitirle a nadie que luche contra una ocupación militar, cuando la apoyamos, y por eso EE.UU. e Israel tuvieron que votar contra la principal resolución de la ONU contra el terrorismo. Como dije antes, un voto de EE.UU. en contra... es esencialmente un veto. Lo que representa sólo la mitad del cuento. También es un veto que la excluye de la historia. Así que nada de todo esto fue publicado, y nada de esto ha aparecido en los anales del terrorismo. Si uno mira los trabajos de gran erudición sobre el terrorismo, etcétera, no se ve nada de lo que acabo de mencionar. La razón es que los que tienen los fusiles no son los que quisiéramos. Hay que afinar cuidadosamente las definiciones y la erudición, etcétera, para llegar a las conclusiones correctas; de otra manera no constituye una erudición respetable y un periodismo honorable. Bien, este es el tipo de problemas que impiden el esfuerzo por desarrollar un tratado exhaustivo contra el terrorismo. Tal vez debiéramos convocar a una conferencia académica o algo parecido para tratar de ver si podemos descubrir una manera de definir el terrorismo, de manera que produzca exactamente las respuestas que nos gusten, no las otras. No será fácil.

4. ¿Cuáles son los orígenes del crimen del 11 de septiembre?

Bien, dejemos eso y veamos la 4ª. Pregunta. ¿Cuáles son los orígenes de los crímenes del 11 de septiembre? Aquí tenemos que hacer una distinción entre dos categorías, que no debieran confundirse. Una se refiere a los agentes directos del crimen, la otra es una especie de reserva de por lo menos simpatía, a veces apoyo, que provocan incluso entre gente que se opone fuertemente a los criminales y a sus acciones. Y éstas son dos cosas muy diferentes.

Categoría 1: los probables perpetradores

Bien, con respecto a los perpetradores, en cierto modo no los tenemos realmente muy claros. EE.UU. no puede o no quiere presentar ninguna evidencia, ninguna evidencia que tenga sentido. Hubo una especie de obra de teatro hace una o dos semanas, en la que se había previsto que Tony Blair la presentaría. No sé exactamente cuál era el propósito del asunto. Tal vez era para que EE.UU. apareciera como si estuviera reteniendo alguna evidencia que no podía revelar, o para que Tony Blair pudiera presentar algunas poses churchillianas o algo así. Sean cuales fueren las razones de relaciones públicas, hizo una presentación que en círculos serios fue considerada tan absurda que apenas fue mencionada. Por ejemplo en el Wall Street Journal, uno de los periódicos más serios, hubo un pequeño artículo en la página 12, creo, en el que señalaba que no hubo mucha evidencia y luego citaron a algún alto funcionario estadounidense diciendo que no importaba si había alguna evidencia, porque lo iban a hacer de todas maneras. ¿Así que para qué preocuparse por la evidencia? La prensa más ideológica, como el New York Times y otros, tuvieron grandes titulares en primera plana. Pero la reacción del Wall Street Journal fue razonable y si se considera la llamada evidencia, se ve por qué. Pero supongamos que fuera cierta. Me sorprende cuán débil era la evidencia. De alguna manera pienso que se podría hacer algo mejor sin ningún servicio de inteligencia [risas en la audiencia]. En realidad, recuerden que esto fue después de semanas de la investigación más intensiva en la historia de todos los servicios de inteligencia del mundo occidental, trabajando horas extra, tratando de juntar algo. Y se trataba de un caso de presunciones de hecho, un caso muy sólido incluso antes de que se tuviera algo. Y terminó más o menos donde comenzó, con un caso de presunciones de hecho. Así que supongamos que es verdad. Supongamos que, lo que parecía obvio el primer día, aún lo sigue siendo, que los verdaderos perpetradores, venían de las redes islámicas radicales, llamadas aquí, fundamentalistas, de las que la red de bin Laden es, sin duda, parte importante. Si estaban implicadas o no, nadie lo sabe. En realidad no tiene gran importancia.

¿De dónde vinieron?

Esos son los antecedentes, esas redes. Bien, ¿de dónde vinieron? Sabemos todo al respecto. Nadie sabe eso mejor que la CIA, porque ayudó a organizarlos y los instruyó durante mucho tiempo. Efectivamente, la CIA y sus asociados de otras partes: Pakistán, Gran Bretaña, Francia, Arabia Saudita, Egipto, China (involucrada quizás desde 1978), los reunieron en los años 80. La idea era tratar de hostigar a los rusos, el enemigo común. Según el Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski, EE.UU. comenzó a participar a mediados de 1979. ¿Se acuerdan? Sólo para que tengamos claras las fechas, Rusia invadió Afganistán en diciembre de 1979. OK. Según Brzezinski, el apoyo de EE.UU. para los muyahidin que combatían al gobierno comenzó 6 meses antes. Está muy orgulloso de ello. Dice que atrajimos a los rusos a, en sus palabras, la trampa afgana, apoyando a los muyahidin, llevándolos a invadir, introduciéndolos en la trampa. Logramos desarrollar ese increíble ejército mercenario. Nada insignificante, tal vez unos 100.000 hombres o algo así, juntando a los mejores asesinos que logramos encontrar, fanáticos islamistas radicales de África del Norte, Arabia Saudita, de dondequiera que podíamos encontrarlos. A menudo los llamaban los afganis, aunque muchos de ellos, como bin Laden, no eran afganos. Fueron traídos por la CIA y sus amigos de otras partes. No sé si Brzezinski dice la verdad o no. Puede haber estado alardeando, evidentemente está muy orgulloso del asunto, a pesar de las consecuencias. Pero tal vez sea cierto. Algún día lo sabremos si publican los documentos. De todas maneras, es su percepción. En enero de 1980 ya no cabía duda alguna de que EE.UU. estaba organizando a los afganis y esa masiva fuerza militar para tratar de causar el máximo de problemas a los rusos. Era legítimo que los afganos combatieran contra la invasión rusa. Pero la intervención de EE.UU. no estaba ayudando a los afganos. En realidad, ayudó a destruir el país y más. Los así llamados afganis,... obligaron a los rusos a retirarse, finalmente. Aunque muchos analistas creen que probablemente retardaron su retirada, porque estaban buscando la manera de salir de esto. De todas maneras, como sea, se retiraron.
Mientras tanto, las fuerzas terroristas que la CIA estaba organizando, armando, y entrenando, continuaron de inmediato con su propia agenda. No era nada secreto. Uno de sus primeros actos fue en 1981, cuando asesinaron al presidente de Egipto, que fue uno de los más entusiastas de sus creadores. En 1983, un atacante suicida, que puede o no haber estado conectado con ellos, es bastante oscuro, nadie lo sabe. Pero un atacante suicida hizo salir a los militares estadounidenses de Líbano. Y la cosa continuó. Tienen su propia agenda. EE.UU. logró movilizarlos para que combatieran por su causa, pero mientras tanto estaban haciendo lo suyo. Sabían muy bien adónde iban. Después de 1989, cuando los rusos se habían retirado, simplemente se volcaron en otras direcciones. Desde entonces han estado luchando en Chechenia, China Occidental, Bosnia, Cachemira, el Sudeste Asiático, África del norte, por todas partes.

Nos dicen lo que piensan

Nos dicen exactamente lo que piensan. Estados Unidos quiere silenciar el único canal de televisión libre en el mundo árabe, porque está emitiendo toda una gama de cosas desde Powell a Osama bin Laden. Así que EE.UU. se está uniendo ahora a los regímenes represivos del mundo árabe para tratar de clausurarlo. Pero si uno lo escucha, si escucha lo que dice bin Laden, vale la pena. Hay numerosas entrevistas. Hay numerosas entrevistas por importantes reporteros occidentales, si no se quiere escuchar su propia voz, Robert Fisk, entre otros. Y lo que ha estado diciendo es bastante consecuente, desde hace tiempo. No es el único, pero tal vez sea el más elocuente. No ha sido sólo consecuente desde hace tiempo, también es consecuente con sus acciones. Hay todas las razones del mundo para tomarlo en serio. Sus enemigos principales son los que llaman regímenes autoritarios, corruptos y opresivos del mundo árabe, y cuando dicen eso, tienen bastante resonancia en toda la región. También quieren reemplazarlos por auténticos gobiernos islamistas. Y ahí es donde pierden el apoyo de la gente de la región. Pero hasta ese momento, los apoyan. Desde su punto de vista, incluso Arabia Saudita, el estado fundamentalista más extremo del mundo, -supongo fuera de los talibán, que son un vástago-, tampoco les es suficientemente islamista. OK, cuando llegan a ese punto, reciben poco apoyo, pero hasta ese punto, lo tienen y mucho. También quieren defender a los musulmanes en todas partes. Odian a los rusos como si fueran veneno, pero en cuanto los rusos se retiraron de Afganistán, dejaron de realizar actos terroristas en Rusia, como lo habían hecho con respaldo de la CIA antes, dentro de Rusia, no sólo en Afganistán. Se trasladaron a Chechenia. Pero allí están defendiendo a los musulmanes contra una invasión rusa. Lo mismo en todos los otros sitios que he mencionado. Desde su punto de vista, están defendiendo a los musulmanes contra los infieles. Y eso lo tienen muy claro y es lo que han estado haciendo.

¿Por qué se volvieron contra Estados Unidos?

¿Por qué se pusieron contra Estados Unidos? Eso tuvo que ver con lo que califican de invasión de Arabia Saudita por EE.UU... En 1990, EE.UU. estableció bases militares permanentes en Arabia Saudita, lo que desde su punto de vista es comparable con la invasión rusa de Afganistán, con la excepción de que Arabia Saudita es mucho más importante. Allí se encuentran los sitios más sagrados de Islam. Y ése es el motivo por el cual sus actividades se volvieron contra EE.UU. Si ustedes recuerdan, en 1993 trataron de hacer volar el World Trade Center. Lo lograron en parte, pero no completamente, y eso fue sólo una parte. Querían volar el edificio de la ONU, los túneles Holland y Lincoln, el edificio del FBI. Creo que la lista era más larga. Bueno, lograron una parte, pero no todo. Una persona que está en la cárcel por ello, entre aquellos que fueron encarcelados, es un clérigo egipcio que había entrado a EE.UU. a pesar de las objeciones del Servicio de Inmigración, gracias a la intervención de la CIA que quería ayudar a su amigo. Un par de años más tarde, hizo volar el World Trade Center. Y eso ha estado sucediendo en todos los sentidos. No voy a repasar toda la lista, pero si se quiere comprender, todo concuerda. Es un cuadro consistente. Está descrito en palabras. Se ha revelado en la práctica durante 20 años. No hay razón para no tomarlo en serio. Ésa es la primera categoría, la de los perpetradores.

Categoría 2: ¿Cuál es la base de apoyo?

¿Cuál es la base de apoyo? No es difícil descubrir en qué consiste. Una de las cosas buenas que han ocurrido desde el 11 de septiembre es que parte de la prensa y parte de la discusión ha comenzado a revelar algunas de estas cosas. El mejor, que yo sepa, es el Wall Street Journal que comenzó de inmediato, dentro de un par de días, a publicar informes serios, investigando informes serios, sobre las razones por las que la gente de la región, aunque odia a bin Laden y a pesar de todo lo que está haciendo, lo sigue apoyando en muchos sentidos, e incluso lo considera como la conciencia de Islam, como dijo alguien. Ahora bien, el Wall Street Journal y otros, no contemplan la opinión pública. Están consultando la opinión de sus amigos: banqueros, profesionales, abogados internacionales, empresarios ligados a Estados Unidos, gente que entrevistan en restaurantes McDonalds, que allá es un restaurante elegante, portando exquisitas vestimentas estadounidenses. Ésa es la gente que han estado entrevistando, porque quieren descubrir cuáles son sus actitudes. Y sus actitudes son muy explícitas y muy claras, y de muchas maneras concordantes con el mensaje de bin Laden y otros. Están furiosos con Estados Unidos por su apoyo a regímenes autoritarios y brutales; su intervención para bloquear cualquier tendencia hacia la democracia; su intervención para detener el desarrollo económico; sus políticas de devastación de las sociedades civiles de Irak, mientras fortalecen a Saddam Hussein; y recuerdan, aunque nosotros preferimos no hacerlo, que Estados Unidos y Gran Bretaña apoyaron a Saddam Hussein durante sus peores atrocidades, incluyendo el asesinato con gas de los kurdos; bin Laden recuerda esos actos constantemente, y lo saben aunque nosotros no lo queramos saber. Y desde luego, el apoyo a la ocupación militar israelí que es dura y brutal. Ya lleva 35 años. EE.UU. ha estado proveyendo un abrumador apoyo económico, militar y diplomático para posibilitar esa ocupación, y sigue haciéndolo. Y lo saben, y no les gusta. Especialmente cuando va combinado con la política de EE.UU. hacia Irak, hacia la sociedad civil iraquí que está siendo destruida. OK, esas son básicamente las razones. Y cuando bin Laden da esas razones, la gente lo reconoce y lo apoya.
Esa no es la manera como la gente por acá quiere ver las cosas, por lo menos la opinión liberal educada. Les gusta la línea siguiente que es repetida por toda la prensa, y a propósito, sobre todo por los liberales de izquierda. No he hecho un verdadero estudio, pero pienso que la opinión de derecha ha sido, generalmente, más honesta. Pero si uno considera, por ejemplo, el New York Times, en la primera columna de opinión que publicó, de Ronald Steel, un intelectual liberal serio de izquierda. Pregunta ¿Por qué nos odian? Fue el mismo día, creo, en que el Wall Street Journal publicó la encuesta sobre por qué nos odian. Así que dice "Nos odian porque abogamos por un nuevo orden mundial de capitalismo, individualismo, secularismo, y democracia, que debiera ser la norma por todas partes." Por eso nos odian. El mismo día, el Wall Street Journal pasa revista a las opiniones de banqueros, profesionales, abogados internacionales y dicen "miren, los odiamos porque ustedes están bloqueando la democracia, ustedes están impidiendo el desarrollo económico, ustedes están apoyando regímenes brutales, regímenes terroristas y ustedes están cometiendo cosas horribles en la región." Un par de días más tarde, Anthony Lewis, bien a la izquierda, explicó que el terrorista sólo busca el "nihilismo apocalíptico," nada más y no importa qué es lo que hagamos, no importa. La única consecuencia de nuestras acciones, dice, que podría ser dañina, es que podría dificultar la unión de los árabes al esfuerzo de la coalición contra el terrorismo. Pero fuera de eso, todo lo que hagamos es irrelevante.
Bueno, ya saben, es por lo menos algo reconfortante. Hace que nos sintamos bien, y que nos digamos lo maravillosos que somos. Posibilita que evadamos las consecuencias de nuestras acciones. Pero tiene un par de defectos, uno es que no tiene nada que ver con todo lo que sabemos. Y otro defecto es que es la manera perfecta de asegurarse de que escalemos el ciclo de la violencia. Si uno quiere vivir con los ojos cerrados y pretender que nos odian porque se oponen a la globalización, ése sería el motivo por el que asesinaron a Sadat hace 20 años, o porque combatieron contra los rusos, trataron de volar el World Trade Center en 1993. Y se trata de gente que está en el medio de... la globalización corporativa, pero si uno quiere creer eso, bueno... es reconfortante. Y es una gran manera de asegurarse de que escale la violencia. Es una violencia tribal. Ustedes me hicieron algo. Yo les haré algo peor. No me importan cuáles son los motivos. Seguiremos por ese camino. Y es una forma de hacerlo. Muy clara, la opinión liberal de izquierda.

5. ¿Cuáles son las opciones políticas?

¿Cuáles son las opciones políticas? Hay una multitud. Una opción política estrecha desde el principio, fue seguir el consejo de radicales extremos como el Papa [risas en el público]. El Vaticano dijo de inmediato, miren, se trata de un horrible crimen terrorista. En el caso de un crimen, uno trata de encontrar a los perpetradores, los presenta a la justicia, los juzga. No se mata a civiles inocentes. Es como si alguien roba en mi casa y pienso que el que lo hizo vive en el vecindario al otro lado de la calle. No salgo con un fusil de asalto a matar a todos en ese vecindario. No es la forma como se enfrenta el crimen, sea un crimen pequeño o uno realmente masivo como el de la guerra terrorista de EE.UU. contra Nicaragua, o incluso crímenes peores, y otros desde entonces. Y hay numerosos precedentes que vienen al caso. En realidad, ya mencioné un precedente, Nicaragua, un estado legal, un estado respetuoso de las leyes, y es presumiblemente el motivo por el que teníamos que destruirlo, porque se atenía a los principios correctos. Ahora, desde luego, no llegó a ninguna parte porque se enfrentaba a un poder que no aceptaba que se siguieran procedimientos legales. Pero si Estados Unidos hubiera tratado de seguirlos, nadie se lo hubiera impedido.
En realidad, todos hubieran aplaudido. Y hay numerosos otros precedentes.

Bombas del IRA en Londres

Cuando el IRA colocó bombas en Londres, fue un asunto bastante serio. Gran Bretaña podría, -fuera del hecho de que no era factible, dejemos eso de lado-, haber dado una posible respuesta, bombardeando Boston que es la fuente de la mayor parte del financiamiento [del IRA]. Y desde luego, arrasando Belfast occidental. Ahora bien, fuera de la factibilidad, hubiera sido una idiotez criminal.
El camino de confrontarlo, fue más o menos lo que hicieron: Buscar a los perpetradores, juzgarlos, y buscar los motivos. Porque esas cosas no vienen de ninguna parte. Ocurren por alguna razón. Acaso se trate de un crimen en las calles o de un monstruoso crimen terrorista, o de algo diferente. Hay motivos. Y usualmente, si se consideran los motivos, algunos son legítimos y debieran ser considerados, independientemente del crimen, debieran ser considerados porque son legítimos. Y es la manera de confrontarlo. Hay numerosos ejemplos.
Pero eso presenta problemas. Un problema es que Estados Unidos no reconoce la jurisdicción de algunas instituciones internacionales. Así que no podemos recurrir a ellas. Ha rechazado la jurisdicción de la Corte Mundial. Se ha negado a ratificar la Corte Penal Internacional. Es suficientemente poderoso para establecer una nueva corte, si quiere hacerlo, que no interfiriera en ninguna cosa. Pero hay un problema con cualquier tipo de corte, sobre todo que se requiere evidencia. Para ir a cualquier clase de corte, se requiere alguna clase de evidencia. No a Tony Blair hablando por televisión. Y eso sí que es difícil. Puede ser imposible de encontrar.

Resistencia sin dirigentes

Saben, podría ser que la gente que lo hizo, se mató. Nadie lo sabe mejor que la CIA. Son redes descentralizadas, no jerárquicas. Siguen un principio que es llamado Resistencia sin Dirigentes. Es el principio que fue desarrollado por los terroristas de la Derecha Cristiana en EE.UU. Es llamado Resistencia sin Dirigentes. Son pequeños grupos que hacen cosas. No hablan con nadie más. Hay una especie de antecedentes generales de suposiciones, y la cosa se hace. En realidad, la gente en el movimiento contra la guerra está bastante familiarizada con el tema. Solíamos llamarlos grupos de afinidad. Si uno supone correctamente que el grupo que sea al que uno pertenece está siendo penetrado por el FBI, cuando algo serio está sucediendo, no se hacen las cosas en una reunión. Se hacen con alguna gente que uno conoce y en la que confía, un grupo de afinidad, y entonces no es infiltrado.
Es una de las razones por las que el FBI nunca pudo descubrir lo que sucedía en ninguno de los movimientos populares. Y lo mismo vale para otras agencias de inteligencia. No pueden. Eso es resistencia sin dirigentes o grupos de afinidad, y las redes descentralizadas son muy difíciles de infiltrar. Y es muy posible que simplemente no sepan. Cuando Osama bin Laden pretende que no estuvo implicado, es muy posible que así sea. En realidad, es bastante difícil de imaginar cómo un individuo en una cueva en Afganistán, que ni siquiera tiene una radio o un teléfono, podría haber planificado una operación altamente sofisticada. Lo probable es que forme parte del fondo. Como otros grupos terroristas de resistencia sin dirigentes. Lo que significa que va a ser extremadamente difícil encontrar evidencia.

Estableciendo credibilidad

Y EE.UU. no quiere presentar evidencia porque quiere poder actuar sin tenerla. Es la parte crucial de nuestra reacción. Nótese que EE.UU. no pidió la autorización del Consejo de Seguridad, que probablemente habría recibido en este caso, no por hermosas razones, sino porque los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad también son estados terroristas. Están contentos de unirse a una coalición contra lo que llaman el terror, concretamente en apoyo de su propio terror.
Como Rusia que no iba a vetarlo, están felices. Así que EE.UU. probablemente habría obtenido la autorización del Consejo de Seguridad, pero no la quería. Y no quería porque sigue un principio que viene de largo, que no es de George Bush, fue algo explícito en la administración Clinton, articulado y aún mucho más antiguo, y es que tenemos el derecho de actuar unilateralmente.
No queremos autorización internacional porque actuamos unilateralmente y por ello no la deseamos. No nos preocupa la evidencia. No nos preocupa la negociación. No nos preocupan los tratados.
Somos el tipo más fuerte del mundo; el matón más duro del barrio. Hacemos lo que nos da la gana. Una autorización es algo malo y hay que evitarla. Hay incluso un nombre para esta conducta en la literatura técnica. Se llama establecer credibilidad. Es un factor importante en muchas políticas. Fue la razón oficial dada para la guerra en los Balcanes y la razón más plausible.
Si quieren saber lo que significa credibilidad, pregúntenle a su capo mafia preferido. Él les explicará lo que significa credibilidad. Y es lo mismo en los asuntos internacionales, excepto de que se discute en las universidades utilizando grandes palabras, y ese tipo de cosas. Pero es básicamente el mismo principio. Y tiene sentido. Y generalmente funciona. El principal historiador que ha escrito sobre esto en los últimos años es Charles Tilly en un libro llamado Coerción, Capital y los Estados Europeos. Señala que la violencia ha sido el principio fundamental de Europa durante siglos y la razón es que funciona.
Saben, es muy razonable. Casi siempre funciona, si se tiene una predominancia abrumadora de la violencia y una cultura de la violencia que la respalda. Por ello, tiene sentido seguirla. Bien, todos esos son problemas que vienen cuando se siguen caminos legales. Y si se tratara de seguirlos, se abrirían algunas puertas ciertamente peligrosas. Como EE.UU. exigiendo que los talibán entreguen a Osama bin Laden. Y responden de una manera que se considera como totalmente absurda y extravagante en Occidente, porque están diciendo, OK, pero primero dennos alguna evidencia.
En Occidente, eso se considera absurdo. Es un signo de su criminalidad. ¿Cómo pueden pedir evidencia? Quiero decir si alguno nos pidiera que entregáramos a alguien lo haríamos mañana mismo. No pediríamos evidencia alguna. [risas en el público].

Haití

Esto es verdaderamente fácil de probar. No tenemos que inventar casos. Por ejemplo, en los últimos años, Haití ha estado solicitando a Estados Unidos que extradite a Emmanuel Constant. Es un asesino importante. Es una de las principales personas en la matanza de unas 4000 o 5000 personas a mediados de los años 90, bajo la junta militar, que casualmente estaba siendo apoyada, no muy tácitamente, por las administraciones Bush y Clinton, contrariamente a las ilusiones. En todo caso es un asesino importante. Tienen mucha evidencia. No hay problemas de evidencia. Ya ha sido juzgado y condenado en Haití y están pidiendo a Estados Unidos que lo entregue. Bien, quiero que ustedes hagan su propia investigación. Vean cuánto se ha discutido el tema. En realidad Haití renovó el pedido hace un par de semanas. Ni siquiera fue mencionado. ¿Por qué íbamos a entregar a un asesino convicto que fue responsable en gran parte por el asesinato de 4000 o 5000 personas hace un par de años? En realidad, si lo entregáramos, quién sabe lo que diría. Tal vez diría que estaba siendo financiado y ayudado por la CIA, lo que probablemente es cierto. No queremos abrir esa puerta. Y no es el único.

Costa Rica

Quiero decir que, durante los últimos 15 años, Costa Rica que se lleva el premio a la democracia, ha estado tratando de que Estados Unidos le entregue a John Hull, un propietario de tierras en Costa Rica, al que acusan de crímenes terroristas. Estaba utilizando la tierra, dicen, con bastante evidencia, como una base para la guerra de EE.UU. contra Nicaragua, lo que, recuerden, no es una conclusión cuestionable. La Corte Mundial y el Consejo de Seguridad la respaldan. Así que han estado tratando de conseguir que Estados Unidos lo entregue. ¿Han oído hablar del tema? No.
En realidad confiscaron las tierras de otro terrateniente estadounidense. John Hamilton pagó una compensación, ofreció una compensación. EE.UU. se rehusó. Convirtieron sus tierras en un parque nacional, porque sus tierras también estaban siendo utilizadas como base para el ataque de EE.UU. contra Nicaragua.
Costa Rica fue castigada por hacerlo. Fueron castigados mediante la retención de ayuda. No aceptamos ese tipo de insubordinación de nuestros aliados. Y podemos continuar. Si se abre la puerta a preguntas sobre extradición, nos conduce en direcciones muy desagradables. Así que no se puede.

Reacciones en Afganistán

¿Y qué pasa con las reacciones en Afganistán? La proposición inicial, la retórica inicial hablaba de un ataque masivo que mataría visiblemente a mucha gente y también de un ataque contra otros países en la región. Bien, la administración Bush se apartó sabiamente de esa idea. Todos los dirigentes extranjeros, la OTAN, todos los demás, todos los especialistas, supongo también sus propias agencias de inteligencia, les dijeron que sería la cosa más estúpida que podrían hacer. Simplemente sería como si abrieran oficinas de reclutamiento para bin Laden en toda la región. Es exactamente lo que quiere. Y sería extremadamente dañino para sus propios intereses. Así que se apartaron de esa idea. Y se están volviendo hacia lo que describí antes, que es una especie de genocidio silencioso. Es un... bueno, ya les dije lo que pienso al respecto. No pienso que haya que decir nada más. Pueden entenderlo si sacan la cuenta.
Una propuesta sensata que está a punto de ser considerada, que ha sido sensata desde el principio, ha sido propuesta y exigida internamente por afganos expatriados y supuestos líderes tribales. Es una iniciativa para la ONU quien debería mantener fuera del asunto a Rusia y Estados Unidos.
Son los dos países que han prácticamente borrado al país del mapa en los últimos 20 años. Su única participación sería pagar masivas reparaciones. Una iniciativa de la ONU para reunir a elementos del interior de Afganistán que podría tratar de construir algo sobre las ruinas es concebible que funcione con mucho apoyo y ninguna interferencia. Si EE.UU. insiste en controlar el proceso, podemos olvidarlo. Tenemos una experiencia histórica al respecto.
Habrán notado que el nombre de esta operación... recordarán que al comienzo iba a ser una Cruzada, pero dejaron eso de lado porque los agentes de relaciones públicas les dijeron que eso no funcionaría [risas en el público].
Y después iba a ser Justicia Infinita, pero los agentes de relaciones públicas les dijeron, esperen un momento, suenan como si fueran una divinidad. Así no funcionará. Y entonces lo cambiaron a libertad duradera (Enduring Freedom). Sabemos lo que significa. Pero nadie ha señalado hasta ahora, por suerte, que eso contiene una ambigüedad. [Endure = también significa soportar, aguantar dolor o sufrimiento, N.d.T.] Endure implica sufrir. [risas en el público].
Y hay mucha gente en el mundo que han sufrido lo que llamamos libertad. De nuevo, por suerte tenemos a una clase educada de excelente comportamiento así que nadie ha señalado esa ambigüedad. Que si se hace, habrá otro problema que confrontar. Pero si podemos apartarnos lo suficiente para que alguna agencia más o menos independiente, tal vez la ONU, tal vez ONGs (Organizaciones no gubernamentales) creíbles, tomen la responsabilidad de tratar de reconstruir algo sobre las ruinas, con mucha ayuda, y es una deuda que tenemos, tal vez pueda resultar algo. Fuera de eso, hay otros problemas.

Un camino fácil para reducir el nivel del terror

Por cierto queremos reducir el nivel del terror, no escalarlo. Hay un camino fácil para lograrlo y por ello nunca es discutido. Y es dejar de participar en el terror. Eso reduciría automáticamente el nivel del terror. Pero eso no puede ser discutido. Bueno, debiéramos posibilitar la discusión de la idea. Así que ésa es una manera fácil de reducir el nivel del terror.
Fuera de eso, debiéramos repensar el tipo de políticas, y Afganistán no es la única, con las que organizamos y entrenamos a ejércitos terroristas. Tienen consecuencias. Estamos viendo algunas de esas consecuencias ahora. Un caso es el 11 de septiembre. Considérenlo.
Reflexionemos sobre las políticas que están creando una base de apoyo. Exactamente lo que banqueros, abogados, etcétera, están diciendo en sitios como Arabia Saudita. En las calles es mucho más amargo, como se pueden imaginar. Es posible. Esas políticas no son eternas.
Y además hay oportunidades. Es difícil encontrar muchos rayos de luz en las últimas semanas, pero uno es que hay más franqueza. Muchos temas están siendo discutidos, incluso en los círculos de la élite, ciertamente entre el público en general, lo cual no era el caso hace un par de semanas. Es dramáticamente el caso, quiero decir, si un periódico como USA Today puede publicar un excelente artículo, un artículo serio, sobre la vida en la franja de Gaza... ha habido un cambio. Las cosas que mencioné en el Wall Street Journal... eso es cambio. Y en el público en general, creo que hay mucha más franqueza y disposición a pensar sobre cosas que estaban ocultas bajo la alfombra, etc. Son oportunidades y debieran ser aprovechadas, por lo menos por la gente que acepta el objetivo de tratar de reducir el nivel de violencia y terror, incluyendo amenazas potenciales que son extremadamente severas y que podrían hacer que el 11 de septiembre pareciera insignificante en comparación. Gracias.

Los intelectuales (¿Críticos o servidores del poder?)

Por Heinz Dieterich Steffan

El lingüista y ensayista norteamericano reflexiona sobre el papel que sus colegas cumplen cuando, en lugar de ejercer la crítica social y política, pasan a formar parte del gobierno de un país. Cita como ejemplo experiencias que se desarrollaron en distintas épocas en los Estados Unidos, entre ellas la administración de John Fitzgerald Kennedy, quien reunió a su alrededor a brillantes figuras del mundo cultural y artístico. En general, los resultados fueron negativos. Temerosos de equivocarse, cautivos de su prestigio, los cerebros más destacados de una nación, convertidos en funcionarios, demostraron una nociva rigidez.

Bertrand Russell y Noam Chomsky conformaron, desde los años 60, un triunvirato de abanderados de la ética que, como una conciencia de la sociedad global, se pronunciaba y actuaba en defensa de la causa de los pobres y de los excluidos del sistema mundial. Al morir sus "compañeros de armas", Chomsky mantuvo su postura crítica frente a las injusticias y abusos contra los indefensos y continuó luchando por una verdadera democracia con participación de las mayorías. Desde su experiencia de toda una vida al servicio de los movimientos sociales, el prestigioso pensador estadounidense aclara el papel que deben ocupar los intelectuales en la vida de la sociedad.

-¿Cómo defines a un intelectual?
-Desde cierta perspectiva, un intelectual es simplemente toda persona que usa su cerebro. Todo el mundo usa su cerebro, por supuesto, pero, más allá de ese uso necesario para la supervivencia, hay actividades que se refieren a la opinión pública, a asuntos de interés general. Yo no llamaría intelectual a alguien que traduce un manuscrito griego, porque hace un trabajo básicamente mecánico. Hay quizás pocos profesores que puedan llamarse verdaderamente intelectuales. Por otra parte, un trabajador del acero que es organizador sindical y se preocupa por los asuntos internacionales puede muy bien ser un intelectual. Es decir, la condición de intelectual no es el correlato de una profesión determinada. Hay alguna relación entre gozar de ciertos privilegios y tener posibilidades de actuar como un intelectual. No es una relación muy fuerte, porque mucha gente privilegiada no hace nada que pueda considerarse de mérito intelectual y, por otra parte, mucha gente sin privilegios es muy creativa, reflexiva y de amplios conocimientos.

-¿Qué entiendes por "variante leninista" de los intelectuales?
-En los años 60 escribí un libro sobre los intelectuales, titulado American Power and the New Mandarins. La expresión "los nuevos mandarines" no fue un invento mío. Yo la tomé de Ithiel de Sola Pool, jefe del Departamento de Ciencias Políticas del Massachussets Institute of Technology (MIT), quien escribió un artículo en el cual se caracterizó a sí mismo y caracterizó a sus cohortes, con orgullo, como los nuevos mandarines. Esto fue justo al inicio del gobierno de John F. Kennedy. Cuando Kennedy asumió la presidencia, se suponía que se inauguraba una nueva era de las luces. Toda clase de intelectuales de Cambridge fue para allá; algunos para convertirse en miembros del gobierno, otros para ser asesores y otros para almorzar con Jackie Kennedy. Efectivamente, lograron un grado de poder de decisión que es inusual. Si comparas, por ejemplo, la camarilla gubernamental de Eisenhower con la camarilla de Kennedy, en la segunda había más personas que serían consideradas como intelectuales públicos o científicos políticos. Tenían varios nombres para describirse. Uno que usaban con orgullo era los "nuevos mandarines". A partir de ese momento, inteligencia y conocimiento iban a servir y ejercer el poder, cosa que se haría de manera apropiada. También se describieron como "intelectuales de acción" (action intellectuals), porque no eran simplemente académicos de la torre de marfil. Se consideraban intelectuales brillantes que iban a comprometerse en los asuntos reales del mundo. Se trataba, esencialmente, de intelectuales liberales, es decir, en términos europeos, una especie de socialdemócratas. Y bueno, esto no era tan nuevo como ellos pensaban. Durante la Primera Guerra Mundial había sucedido algo semejante. El presidente estadounidense Woodrow Wilson fue electo en 1916 con una plataforma electoral que, bajo el lema "Paz sin victoria", prometía mantener a los Estados Unidos fuera de la guerra y negociar la paz entre las potencias en conflicto. Sin embargo, muy rápidamente se puso a trabajar para que los Estados Unidos participara en la conflagración, y como la población estadounidense no quería entrar en la guerra, fue necesario generar una histeria chauvinista entre la población y crear un odio contra todo lo que fuera alemán. Eso se hizo con un éxito notable, en parte mediante una agencia de propaganda del Estado creada por Woodrow Wilson, que contaba con respetados intelectuales como Walter Lippman, que durante mucho tiempo había sido un analista serio en los medios. Los responsables e intelectuales serios, particularmente los del círculo de John Dewey, se describían, y lo hacían con mucho orgullo, en términos semejantes a los que años más tarde usarían los "nuevos mandarines". Decían que era la primera vez en la historia que se había colocado la inteligencia al servicio del ejercicio del poder y que un país había entrado en una guerra, no bajo la influencia perniciosa de líderes militares, traficantes de armas y hombres de negocios interesados en recursos, sino bajo la influencia de los hombres inteligentes de la comunidad, que entendían profundamente la necesidad de ir a la guerra y que habían logrado convencer de esa necesidad a la población, mediante el uso de la inteligencia y de la manipulación. En los años siguientes, gente como Walter Lippman, que había formado parte del Comité de Propaganda, escribió ensayos sobre la democracia que fueron considerados progresistas. Basándose en su experiencia, enfatizó la necesidad de que la gente responsable fuera protegida de la población general, que él describía como una "manada sin orientación". Todo esto tiene una especie de sabor a leninismo. Los "responsables", que se autodefinen como intelectuales tecnocrática y políticamente orientados, son muy semejantes a un partido de vanguardia. Y las doctrinas son muy similares. El partido leninista de vanguardia va a empujar las estúpidas masas hacia adelante, hacia cosas maravillosas. En el libro American Power..., yo comparé un discurso de Robert McNamara con un discurso inspirado por la doctrina leninista a secas. Son muy semejantes. La única diferencia es que McNamara habla de vez en cuando de Dios, pero la idea básica es esencialmente la misma.

-¿Deben participar los intelectuales en el poder?
-Eso depende de la integridad del intelectual. Si quieres mantener tu integridad, generalmente serás crítico, porque muchas de las cosas que suceden merecen críticas. Pero es muy difícil ser crítico, si uno forma parte de los círculos de poder. Por lo general, la mejor posición para un intelectual es estar comprometido con las fuerzas populares que tratan de mejorar las cosas. Pero ése es el tipo de intelectuales que, como el socialista estadounidense Eugene Debbs, terminan en la cárcel.

-¿Qué opinas de la idea griega de que los filósofos, por sabios, deben gobernar?
-Es una idea tremendamente peligrosa, tanto en su variante leninista como en la variante occidental del intelectual tecnocrático, orientado hacia el ejercicio del poder, o en cualquier otra variante que hemos visto en la historia, como el ejemplo reciente de las castas sacerdotales en el poder.

-¿Los intelectuales en el poder son peligrosos?
-Cuando los intelectuales públicos y académicos se congregaron en Washington con Kennedy, extremadamente entusiastas y orgullosos de sí mismos, mi visión fue que eso iba a ser un desastre total, porque la lección histórica respectiva es muy clara. Ese tipo de gente es muy arrogante. Creen saberlo todo y son muy peligrosos cuando se acercan al poder. Las razones son obvias. Si cometen un error, tienen un serio problema, porque sólo se les ha dado un puesto en el poder por su supuesta inteligencia y su competencia. Entonces, ¿cómo pueden cometer un error? Por eso, tienden a perseverar en sus errores, en insistir en que ellos tenían razón. El panorama cambia con gente, digamos, como Averell Harriman, que durante toda su vida tuvo cargos en el gobierno. Su poder derivaba del hecho de que su padre y su abuelo habían construido ferrocarriles. Eran ricos, formaban parte de la aristocracia. Bien, él no necesitaba justificar su lugar en el poder. El tenía poder. Si cometía un error, podía cambiar de opinión sin mayor problema. Pero en los intelectuales hay una tendencia casi natural a ser muy rígidos; no sólo son arrogantes sino también doctrinaristas.

-¿Los estándares morales de un intelectual deben ser más altos que los de una persona común, porque tiene más acceso al poder?
-Cuanto mayor sean tus privilegios y autoridad, mayor será tu responsabilidad moral, porque las consecuencias predecibles de tus actos serán también mayores. En la medida en que la gente que se dice intelectual, séalo o no, sea capaz de influir y decidir sobre condiciones que determinan los acontecimientos reales, en esa medida, su responsabilidad crecerá.

-¿Cuál es el estado actual de los intelectuales?
-Muy semejante al de siempre. Los intelectuales son quienes escriben la historia, los que presentan las imágenes del presente y del pasado. Para ser más preciso, me refiero a los intelectuales que se llaman "intelectuales responsables". Los disidentes no escriben la historia. Por ejemplo, Walter Lippman se describía orgullosamente como uno de los "hombres responsables". Eugene Debbs, el personaje principal del movimiento obrero estadounidense, candidato a la presidencia por el Partido Socialista y un crítico de la Primera Guerra Mundial, estaba en la cárcel. Y a Walter Lippman nunca se le ocurrió preguntarse ¿por qué soy yo una persona responsable y Eugene Debbs está en la cárcel? ¿Soy yo más intelectual que él? Y la respuesta es no, están simplemente de diferentes lados de la barrera. Si estás del lado del poder y de la autoridad, puedes entrar en el círculo de los intelectuales responsables. Si eres un crítico y un disidente, la tendencia es que te traten duramente. No quiero decir que la historia sólo ha sido escrita por apologistas. No sería exacto decirlo así. Pero hay una tendencia en esa dirección. Incluso la imagen de cómo actúan los intelectuales tiende a ser halagadora y narcisista. Por lo tanto, creo que hay una ilusión acerca de cómo han actuado en el pasado los intelectuales. Ha habido tiempos en que el grado de influencia sobre el público general de los intelectuales -intelectuales en el verdadero sentido de la palabra- fue extraordinario, esos momentos de fermento, períodos revolucionarios, como el de los levellers en la revolución inglesa o los años sesenta del siglo XX. Pero la mayor parte del tiempo, los intelectuales son aduladores del poder. La situación usual es la de la Primera Guerra Mundial, cuando los intelectuales, en ambos lados, estaban alineados y al servicio del poder. Eran entusiastas apologistas de su Estado: los alemanes por Alemania, los ingleses por Inglaterra y los franceses por Francia. Hubo algunas excepciones, pero muy pocas y terminaron en la cárcel. Bertrand Russell, por ejemplo, en Inglaterra; Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo en Alemania y Eugene Debbs en Estados Unidos. Sin embargo, la mayoría de los intelectuales son servidores del poder.